Documental sobre la dura vida de los esquimales que viven en la región de Hudson, Canadá.
‘Nanuk el esquimal’ (‘Nanook of the north’, 1922) es un largometraje cinematográfico, mudo, en blanco y negro, de género documental, dirigido por Robert J. Flaherty. Se trata de una obra capital dentro de la Historia del cine, que narra las duras condiciones de vida de una familia esquimal, en tierras donde aún la civilización no ha posado su moderna mano. En medio de un clima casi inhumano, en unas condiciones casi imposibles para la vida del hombre, estas personas consiguen seguir adelante, a su particular modo, cuyas viejas y llamativas raíces son parte del gran interés que tiene este fascinante documento fílmico. ‘Nanuk el esquimal’ está editada en DVD en nuestro país, por lo que podéis adquirirla con facilidad, cosa que, evidentemente, recomiendo.
Entre los años 1910 y 1920, el antropólogo, explorador y cartógrafo Robert Joseph Flaherty (Michigan, 1884/Vermont, 1951) había sido contratado por el magnate del ferrocarril canadiense, William Mackenzie, para explorar la Bahía de Hudson (Canadá), permitiendo a Flaherty un primer contacto con los esquimales. Mackenzie animó a Flaherty para que hiciese uso del cinematógrafo, herramienta aún para la experimentación por aquel entonces, y filmase uno de sus viajes; podría acompañar las imágenes captadas a su trabajo.
Así hizo, llegando a rodar miles de metros de película. Sin embargo, todo se perdió posteriormente en un incendio en la sala de montaje (una colilla mal apagada, según la versión más extendida, tuvo la culpa). El desastre fue visto por Flaherty como una oportunidad para mejorar la obra, pues no había quedado del todo contento con el material que se perdió. Así que, aprendida la lección, con nuevas ideas, nuevo enfoque, y tras conseguir financiación de una empresa peletera (la Revillon Frères), Flaherty regresa a la Bahía de Hudson, a la zona de Port Huron, para hacer una película sobre los esquimales.
El explorador convivió con Nanook y su familia durante más de un año, cámara en mano. Esto formaba parte de una primera fase que Flaherty consideraba necesaria para grabar su documental, con la idea de familiarizarse con el modo de vida de los sujetos que, después, serían los protagonistas de su cinta. Filmó cómo vivían, cómo sobrevivían a las durísimas condiciones climáticas, cómo cazaba Nanook (que significa “el oso”, aunque su verdadero nombre era Allakariallak) en la fría tundra canadiense, y cómo luego vendían las pieles a los comerciantes. Personalmente, quedé muy sorprendido especialmente por la forma en que Nanook construye un iglú, sitio en el que luego deben vivir, así como por todas las personas que caben dentro de una de sus barcas.
El documental refleja, pues, un aspecto de la vida, en concreto, la existencia de unos esquimales, personajes reales, en su entorno real. En general, el tema del que trata es cómo unos individuos, casi salvajes, luchan por su supervivencia. Estamos ante un film de gran valor histórico, clasificado como etnográfico, tipología que se define por responder al interés del público hacia culturas lejanas y otras formas de vida diferentes (a ser posible, muy diferentes) a la suya.
Los paisajes son naturales, plasmados con gran belleza por la cámara que manejaba Flaherty. ‘Nanuk el esquimal’ sigue un orden narrativo cronológico lineal y no cuestiona nada, sólo muestra unos hechos, una vida que existe en un lugar del planeta, alejado de la civilización (que es quien va a recibir el producto). El realizador utiliza recursos cinematográficos para que el público esté cómodo con lo que ve, reconozca a los esquimales (gracias a primeros planos) y sienta empatía por ellos, a la vez que comprenda que está asistiendo a unos hechos que ocurren en espectaculares circunstancias naturales.
Este trabajo refleja cómo entendía Flaherty el género documental, el cual debía reflejar hechos auténticos, la realidad, la verdad, pero sin perder de vista al espectador, último destinatario de la obra, para lo cual, decía, era necesario seleccionar qué se debe mostrar (e incluso representar). Por esto, rechazaba el recurso de simplemente posar la cámara y dejar que grabe lo que sucede delante. Algo que aún hoy muchos confunden con originalidad y es motivo de aplausos incluso en relatos cinematográficos de ficción. El director de ‘Hombres de Arán’ (su otra película más famosa) dice que es necesaria una selección, que es fundamental. Pero ya sabemos que es más fácil dejar la planificación y, sencillamente, llegar con la cámara y darle al play. Luego se justifica diciendo que se ha querido captar un momento de realidad sin ningún tipo de artificio y punto. A pasar el “cazo”.
Según sus propias palabras, la intención de su primer largometraje fue “mostrar el antiguo carácter majestuoso de estas personas mientras ello aún fuera posible, antes de que el hombre blanco destruyera no sólo su cultura, sino también el pueblo mismo”. A pesar de la repercusión posterior de la película, ‘Nanuk el esquimal’ apenas atrajo inicialmente en Estados Unidos; de hecho sólo se proyectó como complemento de una película del cómico Harold Lloyd (‘Grandma´s Boy’ o ‘El mimado de la abuelita’). Fue gracias al éxito en Europa, con distribución de la Pathé, cuando la obra de Flaherty logró fama y prestigio. Posteriormente, la Paramount le financió su siguiente trabajo, en el lugar que eligiese. El éxito, sin embargo, le duró poco a Flaherty.
Es importante añadir que por aquel entonces no existía el género documental, no se distribuía comercialmente, así que este título es pionero en este campo. Sin embargo, esto no es aceptado por todos. Hay polémica al respecto, porque según los expertos más puristas, la obra de Flaherty no cumple con la característica de la neutralidad.
Es cierto que Flaherty interviene en la naturaleza, en la vida de los esquimales, de forma creativa, para que la película tenga un mayor interés para el público y resulte más emotiva; pero también es cierto que lo hace sin perder de vista lo que es real, no se inventa nada, podríamos decir que “maquilla” un poco lo que hay frente a la cámara cuando filma, pensando en los espectadores. Sin esta intervención, podría ocurrido que llegase a usar metros y metros de material cinematográfico sin llegar, realmente, a captar nada que fuese relevante, por lo que la experiencia podría resultar frustrante tanto para el realizador, que sabe que ahí hay algo valioso que no está siendo captado precisamente en ese momento, como para el público, que sin duda se aburriría rápidamente. Es la selección a la que hacía mención antes. De todas formas, no hay que olvidar la fecha del producto, de inmenso valor histórico.
Pero volviendo a la falta de neutralidad, creo que el Nanuk de Flaherty se diferencia mucho del carácter manipulador que existe en los documentales (así al menos es como están catalogados) de Michael Moore, ganador de un Oscar por ‘Bowling for Columbine’ (sobre la famosa matanza llevada a cabo por estudiantes en su instituto), y de la Palma de Oro por ‘Fahrenheit 9/11’ (sobre las mentiras de la administración Bush sobre Irak). Flaherty recrea la realidad delante de la cámara, tratando de que sea lo más veraz posible; Moore tergiversa la realidad para que cuadre con su discurso. Dicho esto, que conste, me encanta el humor salvaje que Moore imprime en sus agresivas Bowling y en Fahrenheit, que, por cierto, tiene uno de los mejores finales que he visto en mi vida, sólo con recordarlo se me pone la piel de gallina.
Continuando con la intervención de Flaherty en su documental, hay elementos de ficción en ‘Nanuk el esquimal’, momentos pensados para captar la atención del público y/o para confeccionar una obra más redonda. En este sentido, cabe destacar la escena en la que están dentro del iglú (habría sido imposible rodar dentro de uno de verdad) y otra donde se muestra la pesca del pez bajo el hielo (el pez ya estaba muerto, se puso debajo para representar la acción). Por otro lado, hay comportamientos del esquimal que no pertenecen a su época, pero que el realizador pensó que eran muy interesantes para el público. También resulta muy curioso que Nyla, la supuesta esposa de Nanook, era realmente la amante de Flaherty; lo que no dejaba de ser cierto era que Nyla era esquimal.
‘Nanuk el esquimal’ es uno de los grandes hitos de la Historia del cine y, al margen de las licencias creativas de Flaherty, del género documental. Una obra maestra de gran interés, alabada por la crudeza de sus imágenes, por la emotividad con la que se muestra la vida de los esquimales y por la forma en que está realizado/montado el material grabado (recordemos, con fecha de 1922, hace más de 80 años), un ejemplo para la posteridad en el manejo de los recursos cinematográficos. (Blog de Cine)
FA 3738
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