Film coescrito y dirigido por Krzysztof Kieslowski. Es la versión extendida de "Decálogo 5", de la serie de 10 capítulos, de 60 minutos, que el autor realizó para la TV polaca. Se rodó en exteriores de Varsovia (Polonia). Obtuvo el FIPRESCI y el Premio Especial del Jurado de Cannes, el Golden Lion del Festival de Cine Polaco (película) y un European Film Award (película). El productor fue Ryszard Chutkowski. Se estrenó el 11-III-1988.
La acción tiene lugar en Varsovia en 1986/87, a lo largo de un día de marzo de 1986, con epílogo en marzo de 1987. Narra la historia de Jacek Lazar (Miroslaw Baka), campesino, recién llegado a la ciudad, de 21 años, trastornado por la muerte accidental de su hermana Maritza, de 11 años. Paralelamente se explica la historia de Piotr Baliki (Krzysztof Goblisz), licenciado en derecho, que se somete al examen de aptitud y admisión del Colegio de Abogados. Al mismo tiempo se expone la historia de Waldemar Rekowski (Jan Tesarz), taxista, que se detiene para lavar el vehículo. Las vidas de los tres personajes se verán enlazadas por un trágico asesinato.La película ofrece en su tramo inicial lúgubres presagios de muerte, apoyados en imágenes sin voz: cucarachas muertas, ratas ahogadas, un gato ahorcado por unos chiquillos y la carrocería de un viejo coche abandonado, sin faros, con claros perfiles de calavera fantasmagórica. El paisaje urbano se muestra desolado, sombrío y sórdido, como si de la ciudad de la locura se tratara. Los colores sepia de la fotografía y su degradado a negro en los bordes incrementan los sentimientos de inquietud y tensión. La fatalidad, la mala suerte o la casualidad rigen el curso de los acontecimientos, como es habitual en el autor. Jacek va al cine, pero la taquillera le desaconseja la película que ponen ("Wetherby", 1985, David Here). Sin rumbo, deambula por la ciudad y se comporta de modo caprichosamente agresivo y destructivo: deja caer una piedra desde un puente sobre los vehículos que circulan por la calzada inferior y gratuitamente golpea a un compañero de urinario. El taxista, egoista y desatento, deja plantados a unos clientes que le esperan. Con realismo crudo y atroz la cámara ofrece, en una secuencia de 10 minutos, un asesinato pavoroso. El autor es detenido, juzgado, condenado a la pena capital y ejecutado de modo escalofriante. El "no matarás" no es sólo un mandamiento divino, sino sobre todo una exigencia del sentido común.La música, del habitual Preisner, ofrece magníficos fragmentos de piano, cuerdas, órgano y voz de soprano, distribuidos espaciadamente y con acierto. La fotografía muestra con imágenes el horror del asesinato y la brutalidad de la pena de muerte. El guión construye un crescendo dramático pocas veces superado en cine. La interpretación de los protagonistas, correcta, queda oculta tras el ímpetu de las imágenes. La dirección crea un potente alegado contra el asesinato y la pena capital.La película es estremecedora y fascinante. Imprescindible.
La zona 3384