Louis Malle demuestra, una vez más, la diferencia entre sensibilidad y sensiblería. Esta obra maestra posee la primera a raudales sin acercarse siquiera a rozar la segunda. Las relaciones entre los jóvenes de un internado durante la Segunda Guerra Mundial le sirven al director para trazar un bellísimo retrato no sólo de la adolescencia, sino también de conceptos tales como la fidelidad o la traición.
La zona 3277
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