El punto que ocupa el proceso de Juana de Arco en la filmografía de Bressón es esencial. No hay actores, solo emoción reencarnada, simplicidad y respeto. La que encarna a Juana de Arco lo hace de una manera tan natural y tan bella que nunca se hubiera podido conseguir con un enfoque tradicional de la representación cinematográfica; primero porque el modo de representación tradicional acude a actores profesionales, segundo porque pretende impresionar -y aun más en un filme que trate de un tema como el asesinato brutal y despiadado de una chica de 19 años que dice estar en contacto con Dios- y para impresionar se utilizaría una serie de recursos técnicos y narrativos que funcionan a corto plazo y para un público determinado: el que es alimentado por la industria. Bresson no pretende satisfacer a nadie, Bresson ofrece; Bresson no depende de una productora ni de un grupo de ejecutivos que diga: nos interesa, te financiamos.De los 14 filmes que conforman la filmografía de Bresson no hay uno solo que no sea una obra de arte, y lo son porque te plantean algo.Kurosawa, Tarkovski, Bresson y Antonioni, no hacían cine por nada, lo hacían movidos por algo muy personal. Ellos no estafaron.
La zona 3275
No hay comentarios:
Publicar un comentario