Un condenado a muerte se escapa
Abril 1943: Fontaine, un joven de 27 años miembro de la
Resistencia francesa que lucha contra la ocupación nazi, es arrestado y
conducido a la Gestapo para ser interrogado...
Junto a 'Pickpocket', dos de las cosas más hermosas que le
han ocurrido al cine europeo" (Carlos Boyero: Diario El Mundo)
Como co-director estuvo un joven Louis Malle (FILMAFFINITY)
"Una de las mejores muestras de cine religioso de
Bresson" (Augusto M. Torres: Diccionario Espasa)
1957: Festival de Cannes: Mejor Director
1957: BAFTA: Nominada a mejor película
1957: BAFTA: Nominada a mejor película
Quinto largometraje de Robert Bresson y segunda entrega de su trilogía de la soledad. El guión, del mismo Bresson, se basa en el relato autobiográfico "Un condamné à mort s'est échappé" (1956), de André Devigny. Se rueda en exteriores del Fuerte Montluc (Lyon) y en los platós del Studio Saint-Maurice (Joinville-le-Pont, Francia). Gana un premio de Cannes (director) y uno del Sindicato Francés de Críticos de Cine (película). Producido por Alain Poiré y Jean Thuillier para Gaumont, se estrena el 11-XI-1956 (Francia).
La acción dramática tiene lugar en Lyon a lo largo de 4 meses, en 1943. El teniente Fontaine (Leterrier), incorporado a la Resistencia francesa tras la ocupación alemana de Francia en la IIGM, dedicado a tareas de información y espionaje, es detenido por la Gestapo (17-IV-1943), recluido en la prisión del Fuerte de Montluc y condenado a muerte (20-VIII-1943) para ser ejecutado una semana después (28-VIII-1943). Huye de la prisión la noche del 24 al 25 de agosto. Fontanie tiene 27 años, es inteligente, observador, perspicaz, hábil y paciente (como corresponde a un buen espía), cree en la vida, el futuro, la victoria y la paz, aborrece la inactividad y siente unas ganas inmensas de tomar parte activa en la lucha de su país por la libertad.
El film suma drama, thriller, aventura, suspense y guerra. Desarrolla una explicación detallada, precisa y minuciosa de la concepción, preparación y realización de la fuga de una prisión de alta seguridad en tiempos de guerra. Muestra cómo el protagonista recoge mentalmente los datos que llegan a su celda (pasos del guardián, campanadas del reloj, fusilamientos...), los que recibe a través de las paredes que separan su celda de las dos vecinas, los que observa durante los interludios colectivos dedicados al aseo personal y los que le facilitan sus compañeros mediante gestos, palabras breves bisbiseadas o escritas en fragmentos de papel. La capacidad que tiene de observación, percepción y procesamiento de la información, le permite planear una fuga casi de diseño. Su entrenamiento en el uso de recursos de supervivencia, le permite disponer de una presencia de ánimo elevada, una moral alta y un nivel inusual de autocontrol y lucidez. Su habilidad le proporciona los medios materiales necesarios para la empresa (cordeles, ganchos, lianas...), que construye él mismo a partir de objetos de uso común (marcos, sábanas, somier...).
La narración visual y sonora, elaborada con singular maestría, hace que el espectador se sienta invadido por sensaciones de encierro, tensión, inquietud, angustia y horror. El discurso es sobrio, austero y se presenta exento de grandilocuencia y sentimentalismos. Los protagonistas realizan una interpretación desdramatizada en aras de la sobriedad y contención expresiva.
spoiler:
Prodiga primeros planos, planos de aproximación, planos partidos, planos de detalle (manos, esposas, pies...). Hace uso frecuente de la elipsis, el fuera de campo y los insertos. Construye un lenguaje de gran eficacia cinematográfica. Manteniendo la cámara en el interior de una celda, consigue crear un relato intenso, emocionante, vibrante y absorbente.
La cinta se erige, más allá de la acción, en una exaltación de la libertad, la vida, la inteligencia y el ingenio humano. Sirve, a la vez, como alegato contra la guerra, la crueldad, la barbarie, la pena de muerte, el atropello de los derechos humanos. Aporta una descripción poderosa de la soledad y del sufrimiento. Glosa la importancia de lo inesperado, lo impensado, lo imponderable y lo imprevisible, en relación a lo que cabe gestionar recursos, reservas y precauciones.
El realizador pasa por alto, deliberadamente, factores tan importantes como el hecho de que Montluc era un centro de torturas y muerte (allí murieron durante la guerra más de 7 mil personas), que Fontaine/Devigny fue torturado y que el centro estaba dirigido por Klaus Barbie, el carnicero de Lyon.
La música aporta 7 fragmentos del movimiento del "Kyrie Eleison" (Señor, ten piedad), de la Gran Misa, K. 427, de Mozart. Bresson siempre mostró preferencia por la música religiosa, que en este caso aporta unos cortes que se combinan de modo magnífico con el tono y el fondo del relato. La fotografía, de Lance Henry Burel ("Boudu salvado de las aguas", Renoir, 1932), no sólo describe cómo es la prisión vista por un recluso, sino que trasporta al espectador a su interior. Junto con "Diario de un cura de campaña" (1950) y "Pickpocket" (1959), el film conforma la trilogía que Bresson dedica a la soledad. (Miquel, FilmAffinity)
FA 1625
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