Llamada para el muerto
Un agente secreto inglés debe averiguar todo lo concerniente
al aparente suicidio de un compañero. Las investigaciones apuntan a que la
viuda es la principal sospechosa de la extraña muerte de su marido...
(FILMAFFINITY)
Film independiente, producido y realizado por Sidney Lumet.
Se basa en la novela "Call For The Death" (1961), de John Le Carré.
Se rodó en exteriores de Londres y en plató. Obtuvo 5 nominaciones a los BAFTA
(actor, fotografía, película, guión y actriz extranjera).
La acción tiene lugar en Londres, Surrey y Zurich, en torno a 1960. Narra la historia de Charles Dobbs (James Mason), agente del servicio secreto británico, prejubilado a petición propia cuando ve obstruida su labor por conveniencias políticas, tenaz, obstinado, perspicaz e indolente, está casado con Ann (Harriet Andersson), más joven que él, apasionada, infiel y ninfómana. Con la ayuda del antiguo inspector Mandel (Harry Adrews) lleva adelante la investigación sobre la muerte de Samuel Fennon (Robert Flemyng), funcionario del Foreing Office, de la que su viuda, Elsa (Simone Signoret), es la principal sospechsa.
La película tiene como telón de fondo la Guerra Fría, en cuyo marco se desarrolla y justifica la acción. Los escasos recursos de Dobbs y el ambiente sucio en el que trabaja (tabernas sórdidas, barrios enfangados, aguas contaminadas), contrastan con la opulencia, los derroches y el confort en el que se desenvuelve el agente secreto británico James Bond, según reflejan películas como "Sólo se vive dos veces" (1967). El film está impregnado de realismo y credibilidad en la definición de los personajes y el desarrollo de la acción. El autor de la novela tenía larga experiencia en el ejercicio de su condición de miembro del espionaje británico y conocía con precisión las características del submundo de los servicios de inteligencia. Incluye algunas referencias cultas, como la cita de las obras de Goethe y la inclusión de fragmentos de dos obras de teatro de Shakespeare: el monólogo de las brujas alrededor del caldero ("Macbeth") y el asesinato del rey ("Eduardo II"). Las brujas condimentan su pócima mortal como planean sus acciones los agentes soviéticos. La muerte de Samuel Fennon y de su viuda, al igual que la de Eduardo II, se debe a la intervención de una mano criminal. El arco dramático, bien construido y acertadamente dosificado, se apoyua en la soledad de Dobbs y Mandel y en su empeño sobrehumano de descubrir la verdad por encima de los intereses de una organización poderosa y desalmada.
La música, de Quency Jones, ofrece percusiones, lamentos de sopranos y melodías rítmicas, que se integran en la acción. La fotografía, de Freddie Young ("La hija de Ryan", 1970), mueve la cámara con diligencia y precisión, añade rodajes cámara en mano, usa luces tamizadas y dispersas y bellos contrastes de color. El guión construye un relato rico en misterio y suspense, coherente y convincente. La interpretación de James Mason es brillante. La dirección crea una obra interesante y absorbente, que funde dos relatos paralelos, el doméstico de Dobbs y el de su investigación.
La película presenta paralelismos y puntos de coincidencia con "El espía que surgió del frío" (1965). (Miquel, FilmAffinity)
La acción tiene lugar en Londres, Surrey y Zurich, en torno a 1960. Narra la historia de Charles Dobbs (James Mason), agente del servicio secreto británico, prejubilado a petición propia cuando ve obstruida su labor por conveniencias políticas, tenaz, obstinado, perspicaz e indolente, está casado con Ann (Harriet Andersson), más joven que él, apasionada, infiel y ninfómana. Con la ayuda del antiguo inspector Mandel (Harry Adrews) lleva adelante la investigación sobre la muerte de Samuel Fennon (Robert Flemyng), funcionario del Foreing Office, de la que su viuda, Elsa (Simone Signoret), es la principal sospechsa.
La película tiene como telón de fondo la Guerra Fría, en cuyo marco se desarrolla y justifica la acción. Los escasos recursos de Dobbs y el ambiente sucio en el que trabaja (tabernas sórdidas, barrios enfangados, aguas contaminadas), contrastan con la opulencia, los derroches y el confort en el que se desenvuelve el agente secreto británico James Bond, según reflejan películas como "Sólo se vive dos veces" (1967). El film está impregnado de realismo y credibilidad en la definición de los personajes y el desarrollo de la acción. El autor de la novela tenía larga experiencia en el ejercicio de su condición de miembro del espionaje británico y conocía con precisión las características del submundo de los servicios de inteligencia. Incluye algunas referencias cultas, como la cita de las obras de Goethe y la inclusión de fragmentos de dos obras de teatro de Shakespeare: el monólogo de las brujas alrededor del caldero ("Macbeth") y el asesinato del rey ("Eduardo II"). Las brujas condimentan su pócima mortal como planean sus acciones los agentes soviéticos. La muerte de Samuel Fennon y de su viuda, al igual que la de Eduardo II, se debe a la intervención de una mano criminal. El arco dramático, bien construido y acertadamente dosificado, se apoyua en la soledad de Dobbs y Mandel y en su empeño sobrehumano de descubrir la verdad por encima de los intereses de una organización poderosa y desalmada.
La música, de Quency Jones, ofrece percusiones, lamentos de sopranos y melodías rítmicas, que se integran en la acción. La fotografía, de Freddie Young ("La hija de Ryan", 1970), mueve la cámara con diligencia y precisión, añade rodajes cámara en mano, usa luces tamizadas y dispersas y bellos contrastes de color. El guión construye un relato rico en misterio y suspense, coherente y convincente. La interpretación de James Mason es brillante. La dirección crea una obra interesante y absorbente, que funde dos relatos paralelos, el doméstico de Dobbs y el de su investigación.
La película presenta paralelismos y puntos de coincidencia con "El espía que surgió del frío" (1965). (Miquel, FilmAffinity)
FA 7152
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