El cine Argentino esta en su mejor momento y de cada día que pasa se coloca como el mejor de toda América Latina. En los últimos años pudimos ver Crónica de una fuga (2006) de Adrián Caetano y Leonera (2008) de Pablo Trapero, ahora le toca el turno a la gran esperada El Secreto de Sus Ojos de Juan José Campanella. Un director que con su serenidad nos presenta un trabajo plagado de calidad en donde su profundidad sobre el amor nos genere al mismo tiempo tanta incertidumbre.
La historia se desarrolla en la Argentina de Estela Martínez de Perón y López Rega, donde la violencia estaba detrás de cada esquina. Con Ricardo Darín a la cabeza, a quien el cine argentino le debe mucho, siendo el quien hizo posible este crecimiento, lo vemos junto a la bella y buena actriz Soledad Villamil y el comediante Guillermo Francella, en un rol totalmente distinto al acostumbrado. La actuación de Pablo Rago se merece un párrafo aparte, excelente desde todos los puntos de vista, en su papel del viudo de la mujer asesinada, vemos como su mirada, su voz dejan como resultado algo sorprendentemente.
La película presenta matices que todos los argentinos tenemos presentes en nuestras mentes. Una historia en donde la impunidad, la burocracia estatal y la viveza criolla, parecen ser las bases para que los “vivos” de turno siempre sean los beneficiados. Creo que todos los argentinos que vean la película, podrán sentirse identificados por las escenas de la producción de Campanella.
La historia se desarrolla en la Argentina de Estela Martínez de Perón y López Rega, donde la violencia estaba detrás de cada esquina. Con Ricardo Darín a la cabeza, a quien el cine argentino le debe mucho, siendo el quien hizo posible este crecimiento, lo vemos junto a la bella y buena actriz Soledad Villamil y el comediante Guillermo Francella, en un rol totalmente distinto al acostumbrado. La actuación de Pablo Rago se merece un párrafo aparte, excelente desde todos los puntos de vista, en su papel del viudo de la mujer asesinada, vemos como su mirada, su voz dejan como resultado algo sorprendentemente.
La película presenta matices que todos los argentinos tenemos presentes en nuestras mentes. Una historia en donde la impunidad, la burocracia estatal y la viveza criolla, parecen ser las bases para que los “vivos” de turno siempre sean los beneficiados. Creo que todos los argentinos que vean la película, podrán sentirse identificados por las escenas de la producción de Campanella.
La Zona 3090
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