El parador del camino
'Jefty' Robbins (Richard Widmark), dueño del
club "Road House", se trae de Chicago a Lily Stevens (Ida Lupino),
una atractiva y cínica cantante a la que contrata por 250 dólares por noche
para que actué en el club, salario que al parecer está muy por encima de lo que
acostumbra a pagar a las innumerables cantantes que acostumbra a contratar.
'Jefty' Robbins (Richard Widmark), dueño del
club “Road House”, se trae de Chicago a Lily Stevens (Ida Lupino), una atractiva
y cínica cantante a la que contrata por 250 dólares por noche para que actué en
el club, salario que al parecer está muy por encima de lo que acostumbra a
pagar a las innumerables cantantes de medio pelo que acostumbra a contratar y
que le duran nada y menos.
Al llegar al club vemos que es recibida con recelo por Pete Morgan (Cornel Wilde), manager del club a las ordenes del inquietante Robbins, el cual oliéndose que la aparición de Lily va a traer problemas, trata de desembarazarse de ella ofreciéndola 200 dólares y poniéndola en la parada del autobús para que salga de la ciudad, cosa que ella no acepta, alejándose de la estación de autobús en dirección al hotel.
A partir de aquí tenemos una magnifica muestra de cine negro como resultado de los amores, despechos y sucias maniobras en torno al trio protagonista, en la que sobresale una magnifica y arrebatadora Ida Lupino, que aparte de su gran actuación y la sensualidad que siempre desprende esta mujer, aquí se luce cantando dos o tres temas con una voz ronca y gutural que te ponen los pelos como escarpias, mientras enlaza un cigarro con otro.
Jean Negulesco se luce con una sobria y efectiva dirección, Richard Widmark recuerda en la composición de su psicótico y malvado personaje al Tommy Udo de “Kiss of Death1947”
(entre medias rodo “La calle sin nombre 1948” ), Celeste Holm en el papel de la
campechana cajera aporta un toque divertido y emotivo y Cornel Wilde como el
antagonista de Richard Widmark, acaban por redondear esta interesante y buena
producción.
Por último y como no podía ser menos estando Ida Lupino de por medio, copio y pego la coletilla con la que acostumbro a cerrar casi todas las reseñas que he realizado en las que estaba implicada esta magnífica, estajanovista, ecléctica y longeva cineasta:
La gustaba llamarse a sí misma en clara alusión por su excelente carrera en serie B, “la Bette Davis
y Don Siegel de los pobres”, poseedora de dos estrellas en “El paseo de la
fama” de Hollywood y para el autor de estas líneas, la magnífica Marie Garson
en una de las mejores películas (a mi juicio) de la historia del cine: High
Sierra 1941, de Raoul Walsh. (tiznao, FilmAffinity)
Al llegar al club vemos que es recibida con recelo por Pete Morgan (Cornel Wilde), manager del club a las ordenes del inquietante Robbins, el cual oliéndose que la aparición de Lily va a traer problemas, trata de desembarazarse de ella ofreciéndola 200 dólares y poniéndola en la parada del autobús para que salga de la ciudad, cosa que ella no acepta, alejándose de la estación de autobús en dirección al hotel.
A partir de aquí tenemos una magnifica muestra de cine negro como resultado de los amores, despechos y sucias maniobras en torno al trio protagonista, en la que sobresale una magnifica y arrebatadora Ida Lupino, que aparte de su gran actuación y la sensualidad que siempre desprende esta mujer, aquí se luce cantando dos o tres temas con una voz ronca y gutural que te ponen los pelos como escarpias, mientras enlaza un cigarro con otro.
Jean Negulesco se luce con una sobria y efectiva dirección, Richard Widmark recuerda en la composición de su psicótico y malvado personaje al Tommy Udo de “Kiss of Death
Por último y como no podía ser menos estando Ida Lupino de por medio, copio y pego la coletilla con la que acostumbro a cerrar casi todas las reseñas que he realizado en las que estaba implicada esta magnífica, estajanovista, ecléctica y longeva cineasta:
La gustaba llamarse a sí misma en clara alusión por su excelente carrera en serie B, “
fa 6571
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