Escenas de caza
en Baviera
Abram vuelve al
terruño, y aunque sus habilidades como mecánico son apreciadas, las sospechas
de los vecinos acerca de sus preferencias sexuales le hacen la vida difícil.
Asi su carrera
se hubiese reducido a este único film, con Escenas de caza en Bavieraya
tendría asegurado Peter Fleischmann un lugar entre los más importantes directoresalemanes
de la segunda mitad del s.XX. Este film de cáustica crítica social, que ya en su
época supo levantar sonoras protestas, resultó ser en los años siguientes no
sólo precursor de obras similares -No es perverso el homosexual, sino la
sociedad en la que vive, de Rosa von Praunheim, por citar un
ejemplo-, sino que también, con la atmósfera de su fotografía en blanco y negro
insinuó mucho de la atmósfera y el estilo que entregaría La cinta blanca de
Michael Haneke años después.
film-rezensionen.de
La gran fuerza
de Fleischmann es la de evitar caer en el film de tesis, demostrativo, por un
lado porque trabaja con la ambivalencia de los personajes, por otro porque
logra anclar su relato en una sorprendente realidad documental. Esto último
viene en particular de su voluntad de hacer actuar a los doscientos treinta y
cinco habitantes de Unholzing, un pequeño pueblo bávaro. Los aldeanos aceptan
el proyecto de Fleischmann y participan en la realización del film,
prodigándole muchos consejos y aliento. Martin Sperr concuerda perfectamente
con la interpretación naturalista de los habitantes, dado que el joven actor,
autor asimismo de la obra que se adapta, es también bávaro. De tal modo, el
film se inscribe netamente en la veta del heimat alemán, con sus
diálogos en dialecto y su aspecto folklórico. Es cierto que el cineasta utiliza
este folklore con ironía, como lo muestra su banda musical desfasada y sus jodeln,
que son como otros tantos contrapuntos absurdos al horror de las situaciones. A
Fleischmann le gustan los rodeos: la misa inicial y la fiesta organizada por el
alcalde para su reelección muestran las taras de una sociedad encerrada en sí
misma y excluyente, y no el mensaje de fraternidad y de democracia que habrían
transmitido en otro contexto. Pero no hay sólo ironía en este folklore: el
cineasta muestra la real existencia de una cultura bávara, una identidad
marcada por la tierra y el campesinado. Se dedica a dar cuenta con suma
precisión del ritmo vital de esa aldea marcada por las cosechas y las labores
de la cría y el cultivo. Si estigmatiza el lado reaccionario de la cultura
campesina, muestra al mismo tiempo que tal cosa es comprensible dado el modo de
vida de esos hombres y mujeres. Pensamos entonces en la terrible frase de la
madre de Ernst: "La idiotez cuesta cara, tan cara como los estudios,"
sentencia horrible pero que no es más que el reflejo de las drásticas
condiciones de vida en el campo. Todo Escenas de caza en Baviera se
halla contenido ahí: un discurso terrible sobre la exclusión y el horror
cotidiano, pero también la compasión y el singular humor de su autor. Cosas
todas que no hacen de este film un simple panfleto, sino una obra inquietante,
inesperada, única.
Olivier Bitoun, DVDClassik
Al igual que La
súbita riqueza de los pobres de Kombach de Schlöndorff, rodado en la misma
época, también este film de Fleischmann se inscribe -parodiándolo- en el marco
del entonces popular heimatfilm, una especie de género folklórico nada
conflictivo. Lo que no me queda claro es si los pobladores sabían positivamente
en dónde se metían, o si fueron atraídos con ese señuelo, y creían integrar el
reparto de un heimatfilm más... Igual no lo voy a investigar, es una
ambigüedad que me gusta como para que quede picando. Copia proveniente de un
torrent anónimo. Subtítulos probablemente provenientes de un dvd, los
portugueses son de sleepy joe, y los castellanos, de un servidor.
FA 5176
No hay comentarios:
Publicar un comentario