"Spinal Tap" hizo reír y "Anvil" era
agridulce, pero las risas acaban aquí. Bobby Liebling fue el carismático
cantante de los 70’s hard-rockers y pioneros doom, Pentagram. Hoy agoniza en el
sótano paterno atizándole al crack y la heroína, un sobrecogedor zombi moteado
por llagas e infecciones cutáneas, desdentado e inconexo, que flirtea a diario
con la muerte. El filme empieza con el reencuentro entre Liebling y Sean
“Pellet” Pelletier, el amigo y manager que intentará relanzar la carrera del
malogrado mito metálico. Last days here alterna el drama de su caída, tan
exagerado que parece ficticio, tan lleno de traspiés que parece escrito por un
guionista cenizo (pifiaron una audiencia con KISS, Liebling se marchó en medio
de otra cita con Columbia), con el improbable canto de resurrección que suena
en su vida presente. ¿Será capaz Liebling de levantarse y andar, relanzar su
carrera, abandonar las drogas, incluso encontrar el amor? Suena improbable,
pero encontrarán la respuesta aquí: en un filme inolvidable, lleno de empatía y
afecto, que es también un ensayo sobre la mala pata y –de nuevo- el sabotaje
personal. (FILMAFFINITY)
fa 6982
No hay comentarios:
Publicar un comentario