miércoles, 4 de septiembre de 2013

Trying to Kiss the Moon (Stephen Dwoskin, 1994)

TRATANDO DE BESAR A LA LUNA

Tratando de besar la luna comienza con un fragmento de una de las video-cartas que Robert Kramer intercambió con Dwoskin entre 1991 y 2000. Sobre cuatro planos fijos de fotos y cuadros colgados en la pared, un escritorio con unas anotaciones y una ventana que da hacia la calle, escuchamos la voz de Kramer: “Hace unos días, Steve, tuve un sueño. Era como si… Soñaba contigo o para tí. Por la mañana sólo quedaban fragmentos. En una habitación sin luz o en el jardín… lo escribí, ya ves, para no olvidarlo. En una habitación sin luz o en el jardín, era el fin del mundo. Decías… decías que no podías reaccionar. Y en una habitación sin luz o en el jardín, el mundo se acababa. Decías que no podías reaccionar o decir otra cosa debido al doctor o a la enfermera, pero era un error en el sueño, debido a la luz azul y blanca proyectada por la televisión en la puerta de vidrio de la habitación. La luz de un coche de policía, confuso. Era, de todos modos, el fin del mundo”. Las películas de Dwoskin tienen una estructura muy parecida a la de este relato. Cada escena es una pieza que compone un rompecabezas cuya imagen final no es del todo inteligible. Cada escena está trabajada como si fuera una unidad absolutamente independiente del todo. Para construirlas, Dwoskin pone en juego una enorme cantidad de recursos de montaje, de formas de registro, de sonorización, de simulaciones actorales y de utilización de archivo. La estructura resultante es muy similar a la de un sueño: un flujo audio-visual cuya lógica interior es la de la disyunción. Al igual que en el relato de Kramer, cada escena tiende, en mayor o menor grado, a derivar en ideas abstractas. (FILMAFFINITY)
fa 6748

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