Y se acercan las fiestas y los fervores católicos afloran
como los jazmines de la puerta de mi casa. Y nada mejor que para éstas épocas
llenas de jolgorio, jarana, consumismo y otros merengues que una película
inclasificable. Y a ver a ver. Bueno, la cuestión es que podría dar centenares
de buenas razones para ver The Ruling Class, pero
sin duda la principal es Peter O´Toole. El
gigantesco, inmenso, incomensurable Peter O´Toole. Si, el guión es
impecable, la dirección magnífica (sobre todo la actoral), y realmente se
vuelve cuasi imposible calificarla en un solo género, así que pongamos que es
una comedia. Con alguito de musical, un análisis sencillo y contundente de la
demencia, algo de crítica social bastante bien encauzada, y ya que estamos un
poco de verdadero horror (tal vez una de las escenas más terroríficas que me
haya echado a la cara en mi vida), cortesía , si, del arriba mencionado. Ah,¿No
les conté que don Peter hace de demente que se cree Jesucristo? Bueno, pues la
ves y me cuentas. Una limadura de cráneo de esas que me gustan a mí. Sean
felices que no cuesta nada, y feliciten a la gente que festeja algo en esta época.
Los quiero y todo eso.
FA 4420
No hay comentarios:
Publicar un comentario