La novela Babicka (The Grandmother, 1855), es quizás el
trabajo más querido y conocido de toda la literatura checa. La historia es un
relato de ficción idealizado de la infancia de Němcová, en el noreste de
Bohemia en la década de 1820 y se centra en el carácter de Babicka (La abuela)
- simple, casi santa abuela que viene a vivir con su hija y nietos. "La
abuela" es un repositorio de amabilidad y de sabiduría popular, y acompaña
a sus nietos, la mayor de todos, Barunka, a medida que crecen y aprenden sobre la
vida alrededor de ellos.
Pese a las dificultades de su vida, Božena Němcová logró
concluir su novela "Babicka" en 1854, obra a la que debe su fama como
escritora. En ella se dibuja un fresco de la vida del campo checo, en el que
volcó sus recuerdos de infancia. La abuela es un carácter esencialmente bueno y
de espíritu optimista. Utiliza un lenguaje popular pero no exento de variedad y
viveza. Esta novela es la más leída de la literatura checa, como corroboran sus
más de trescientas cincuenta ediciones, incluyendo la versión al español de
1925.
La historia narrada por Božena fue leída con pasión, en la adolescencia, por Franz Kafka. Ella narra la difíciles relaciones entre el castillo, donde se habla alemán, y la aldea checa que depende de éste. Dicho castillo está gobernado por una princesa a la vez amable e inaccesible, pues además de su marcado absentismo hay una serie de criados que se interponen entre ella y los campesinos. Un joven cortesano, Sortini, persigue a la hija del posadero, y de ahí se deriva una de las tramas del relato. Evidentemente, el primer esbozo de El castillo de Kafka está ahí, con esos dos lugares incomunicables, incluyendo el nombre propio Sortini; por supuesto que sólo quedan esos trazos iniciales, reconocibles por sus contemporáneos de inmediato como una cita familiar. Nada queda de la abuela idílica, que logrará llegar hasta la princesa, lo contrario que en la gran novela alemana, llena de fascinaciones modernas.
Babicka es de lectura obligatoria en las escuelas checas. Si es cierto, la infancia de Božena con su abuela debe haber sido uno de los pocos períodos felices en su vida. Por supuesto, no todo es tranquilidad, las continuas apariciones de Ofelia Viktorka, corriendo en los bosques después de haber sido seducida y abandonada son de lo más impactante y memorable de esta excelente película realizada durante la ocupación nazi de Checoslovaquia para impulsar la moral de la gente. (MAPACHE)
La historia narrada por Božena fue leída con pasión, en la adolescencia, por Franz Kafka. Ella narra la difíciles relaciones entre el castillo, donde se habla alemán, y la aldea checa que depende de éste. Dicho castillo está gobernado por una princesa a la vez amable e inaccesible, pues además de su marcado absentismo hay una serie de criados que se interponen entre ella y los campesinos. Un joven cortesano, Sortini, persigue a la hija del posadero, y de ahí se deriva una de las tramas del relato. Evidentemente, el primer esbozo de El castillo de Kafka está ahí, con esos dos lugares incomunicables, incluyendo el nombre propio Sortini; por supuesto que sólo quedan esos trazos iniciales, reconocibles por sus contemporáneos de inmediato como una cita familiar. Nada queda de la abuela idílica, que logrará llegar hasta la princesa, lo contrario que en la gran novela alemana, llena de fascinaciones modernas.
Babicka es de lectura obligatoria en las escuelas checas. Si es cierto, la infancia de Božena con su abuela debe haber sido uno de los pocos períodos felices en su vida. Por supuesto, no todo es tranquilidad, las continuas apariciones de Ofelia Viktorka, corriendo en los bosques después de haber sido seducida y abandonada son de lo más impactante y memorable de esta excelente película realizada durante la ocupación nazi de Checoslovaquia para impulsar la moral de la gente. (MAPACHE)
FA 4672
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