En 1984 la cineasta italiana Donatella Baglivo dirigió 3
documentales sobre Andrei Tarkovski ("Un poeta nel cinema",
"Andreij Tarkovskij in Nostalghia" e "Il Cinema è un Mosaico
Fatto di Tempo"). "Un poeta nel cinema" se presentó en
la sección "Un certain regard" del Festival de Cannes de 1984.
El arte refuerza lo mejor de lo que es capaz el hombre: la
esperanza, la fe, el amor, la belleza, la devoción o lo que uno sueña y espera.
Si alguien que no sabe nadar se lanza al agua, su cuerpo -no él mismo- comienza
a hacer movimientos instintivos para no hundirse. También el arte es algo así
como un cuerpo humano echado al agua: existe como un instinto, que no permitirá
que la humanidad se hunda en el campo espiritual. En el artista se expresa el
instinto interior de la humanidad.Pero, ¿qué es el arte? ¿Lo bueno o lo malo?
¿Procede de Dios o del diablo? ¿De la fuerza del hombre o de su debilidad? ¿Es
quizá una prenda de la comunidad humana y una imagen de armonía social? ¿Es ésa
su función? Es algo así como una declaración de amor. Un reconocimiento de la
propia dependencia de otros hombres. Es una confesión. Un acto inconsciente,
que refleja el verdadero sentido de la vida: el amor y el sacrificio.Pero si
dirigimos la mirada hacia atrás, reconocemos que el camino de la humanidad está
lleno de cataclismos y de catástrofes. Descubrimos las ruinas de civilizaciones
destruidas. ¿Qué ha sucedido con ellas? ¿Por qué se agotó su aliento, su
voluntad de vivir y sus fuerzas morales? Supongo que nadie creerá que todo eso
tiene una causa material. Una idea así me parecería salvaje. Y al mismo tiempo
estoy convencido de que hoy volvemos a estar al borde de la destrucción de una
civilización porque ignoramos plenamente el lado interior y espiritual del
proceso histórico. Porque no queremos reconocer que nuestro imperdonable y
pecaminoso materialismo, un materialismo que no conoce la esperanza, ha traído
infinitas desgracias sobre la humanidad. Es decir, creemos que somos
científicos y dividimos, para conseguir una mayor fuerza de convicción en
nuestras cavilaciones científicas, el indivisible proceso de la humanidad en
dos partes, haciendo luego de una sola de sus motivaciones la causa de todo.De
esta manera intentamos no sólo justificar los fallos del pasado, sino también
proyectar nuestro futuro. Quizá se demuestre en tales errores la paciencia de
la historia, que espera que el hombre alguna vez consiga escoger bien, sin
tener que terminar en un callejón sin salida en el que la historia, una vez
más, corrija el fallido intento por medio de otro paso, esta vez más exitoso.
En ese sentido, es verdad lo que afirman tantos: de la historia nadie aprende y
la humanidad suele, simplemente, ignorar la experiencia histórica.Dicho en
otros términos, toda catástrofe de una civilización descubre sus fallos. Y si
el hombre tiene que reemprender su camino desde el principio, se demuestra así
que su andadura hasta entonces no estaba marcada por el perfeccionamiento
espiritual.Con cúanto gusto querría uno abandonarse, entregarse de vez en
cuando a otra concepción del sentido de la vida humana. Oriente siempre ha
estado más cerca que Occidente de la verdad eterna, pero Occidente ha devorado
a Oriente con sus exigencias materiales en la vida. Basta con comparar la
música occidental con la oriental.El mundo occidental grita: ¡Éste, éste soy yo!
¡Miradme! ¡Escuchad cómo sufro y cómo amo! ¡Qué infeliz y qué feliz puedo ser!
¡Yo! ¡Yo! ¡¡¡Yo!!! El mundo oriental no dice una sola palabra de sí mismo. Se
pierde absolutamente en Dios, en la naturaleza, en el tiempo, y se encuentra a
sí mismo en todo. Es capaz de descubrir todo en sí mismo. La música del Tao:
China, seiscientos años antes de Cristo.Pero, ¿por qué no triunfó esa idea
soberana? Es más: ¿por qué se hundió? ¿Y por qué la civilización que había
desarrollado no llegó hasta nosotros en forma de un proceso histórico
determinado y perfecto? Es patente que esas ideas entraron en colisión con el
mundo material que las rodeaba.Lo mismo que el individuo con la sociedad,
también esa civilización entró en colisión con otra. Pero sucumbió no sólo por esto,
sino también a causa de su confrontación con el mundo material, con el
“progreso” y la tecnología. Las ideas de la civilización oriental son un
resultado, la sal de la tierra; de ellas fluye verdadera sabiduría. Pero según
esa lógica oriental, la lucha es un pecado.El núcleo de la cuestión reside en
que vivimos en un mundo de ideas que nosotros mismos creamos. Dependemos de sus
imperfecciones, pero también podríamos depender de sus ventajas y valores.Y ya
llegando al final, y en confianza: aparte de la imagen artística, la humanidad
no ha inventado nada de manera desinteresada. Y por eso quizá realmente
consista el sentido de la existencia humana en la creación de obras de arte, en
el acto artístico, ya que éste no posee una meta y es desinteresado. Quizá se
demuestre precisamente en ello que hemos sido creados a imagen y semejanza de
Dios. (ESCULPIR EN EL
TIEMPO. Reflexiones sobre el arte, la estética y la poética del cine. Andrei
Tarkovski)
"Un artista debe expresarse a sí mismo en su vida
real de la misma forma que expresa su trabajo. No debe hacer una cosa con una
mano y otra con la otra. Hoy en día parece que sea de buen tono que cuando te
consideras a ti mismo como un artista lleves una doble vida. Una persona habla
y trata de presentar su propia visión de la vida en su trabajo, pero luego se
comporta de una forma contradictoria a lo que ha defendido. Lo que este artista
está diciendo en su obra es hipócrita. Tengo la impresión de que éste es el
caso con la mayoría de los modernos. Eso hace que su trabajo sea poco claro e
incluso peligroso. Hay gente que trabaja como un parásito en la sociedad." Andrei
Tarkovski
FA 4855 Un poeta nel cinema"
FA 7065 Andreij Tarkovskij in Nostalghia
FA 7076 Il Cinema è un Mosaico Fatto di Tempo
FA 7065 Andreij Tarkovskij in Nostalghia
FA 7076 Il Cinema è un Mosaico Fatto di Tempo
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