Esto no es un film
"Esto no es un film": el título, con sus
reminiscencias del cuadro célebre de Magritte, podría sonar como una
provocación vanguardista. Pero la elección de esta fórmula no tiene nada de
slogan pegadizo o irónico... le asiste incluso una terrible pertinencia.
Imposible no constatar que esta obra intimista tiene poco en común con lo que
se puede ver hoy en la pantalla. No hay historia, no hay actor, no hay
verdaderamente realizador a consignar en los créditos. Tal como indica la cita
que acompaña a algunos afiches: "Un film no es nunca lo que se relata,
sino lo que en él se hace."
Jean-Patrick Géraud, Avoir-alire.com
Si "¿Por qué hacer un film?" es la pregunta que
habita Esto no es un film, "¿Qué es el cine?" será la inevitable
incógnita ulterior. El título funciona como una declaración irónica, una
patente provocación, y como la descripción literal de un método; rodado con una
cámara de video y con un iPhone, este "esfuerzo" sólo podía existir
en la era digital. Claramente, esto no es cine, pero aun así no deja de ser
pasmosamente cinematográfico. Nos hallamos ante una declaración política, un
acto de desafío, una clase magistral sobre el corpus y los
procedimientos de un autor, y ante un documento sobre la vida que permanece
oculta. Pero sobre todo hay aquí un apasionante espectáculo que oscila
fabulosamente entre cimas frenéticas -como la ansiosa descripción inicial que
hace el propio Panahi de la primera toma de su no rodado guión- y oscuros
valles, y en el que cada momento de levedad convive con su sombra de
amenaza.(...)
Esto no es un film se destaca sobre el fondo del Año
Nuevo persa, referido en varios puntos del relato como "el Miércoles de
los Fuegos de Artificio", que casualmente es el título de un film de
Asghar Farhadi. Farhadi se las ha arreglado para rodar películas que enfocan
diversos aspectos represivos de la sociedad iraní, films que han alcanzado
reconocimiento internacional sin hacer sonar las alarmas de aquellas mismas
autoridades que les impiden trabajar a Panahi y a otros directores. En Esto
no es un film las condiciones de trabajo de los cineastas en Irán es un
tema tan central que resulta difícil imaginar que fuera casual la decisión de
situar este día-en-la-vida (aunque Mirtahmasb reveló que fue rodado a lo largo
de varias jornadas) en el mismo día festivo en el que Farhadi ubicara su propio
día-vivido-en-el-film. Pero no se trata de un mero guiño privado de la
industria cinematográfica: los fuegos de artificio y las fogatas entrevistos a
través de la ventana y en el umbral callejero y los casi constantes estallidos
y sirenas de la banda de sonido, todo ello subraya el aislamiento de Panahi de
la vida cotidiana y de la práctica de su profesión. Ese Año Nuevo y esa
posibilidad de renacimiento se convierten en fantasmas de todo aquello de lo
que el director se ha visto privado.
Karina Longworth, The Village Voice
FA 4856
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