martes, 12 de abril de 2011
Josef von Sternberg - The Docks of New York (1928)
Ryszard Bugajski - Przesluchanie (1982)
domingo, 10 de abril de 2011
Raoul Walsh - The Naked and the Dead (1958)
Carlos Reygadas - Stellet licht / Silent Light (2007)
Paul Schrader - Mishima: A Life in Four Chapters (1985)
Renè Clair - Le Million (1931)
Russ Meyer - Faster, Pussycat! Kill! Kill! (1965)
Samuel Fuller - The Big Red One [2004 Reconstruction] (1980)
Yasujiro Ozu - Banshun / Late Spring (1949)
Max Ophüls - The Reckless Moment (1949)
Nicholas Ray - Bigger than Life (1956)
Joseph L. Mankiewicz - 5 Fingers (1952)
Kaneto Shindô - Onibaba (1964)
Satyajit Ray - Aranyer Din Ratri (1970)
viernes, 8 de abril de 2011
Francis Ford Coppola - Tetro (2009)
Todd Solondz - Welcome to the Dollhouse (1995)
Raúl Ruiz - Les Trois couronnes du matelot (1983)
Shane Carruth - Primer (2004)
Cristian Nemescu - California Dreamin' (2007)
Frantisek Vlàcil - Marketa Lazarovà (1967)
Seijun Suzuki - Tôkyô nagaremono (1966)
Robert Mulligan - The Other (1972)
Philippe Garrel - Le coeur fantôme (1996)
Peter Lorre - Der Verlorene (1951)
Patrice Leconte - Monsieur Hire (1989)
Neil Jordan - Mona Lisa (1986)
jueves, 7 de abril de 2011
Mikhael Hers - Montparnasse (2009)
Michele Soavi - Dellamorte Dellamore (1994)
Maurice Pialat - Police (1985)
Martin Ritt - Hombre (1967)
Jacques Tourneur - Wichita (1955)
Gianni Amelio - Il Ladro di bambini (1992)
Carl Franklin - One False Move (1992)
En su camino se cruzan tres policías. Dos federales hartos de su trabajo (uno blanco…otro negro, esto es muy importante) que se verán obligados a trabajar con un jefe de policía rural sureño, un tal Dale Dixon, un bondadoso personaje que intenta evitar el racismo que le imponen en su pueblo, un hombre al que apodan Huracán…
El drama, la tragedia casi, está servido. A todos los personajes se les dará una oportunidad, pero todos tienen algo en su pasado por lo que deben pagar. Todo esto lo narrará Franklin con un portentoso sentido del ritmo (vean el alucinante montaje de la secuencia final, ayudado por la harmónica…) y con total eficacia en una puesta en escena luminosa, y oscura al mismo tiempo.
Stephen Hopkins – Bajo sospecha (2000)
El pulso del buen cine negro
Entré a ver Bajo sospecha sin demasiadas expectativas. No me hubiera extrañado encontrarme con el típico dejà vu que sí acompañaba a títulos como Al caer el sol. Sin embargo, me llevé una grata sorpresa, pues encontré un filme de alta calidad, con aroma a clásico y con estructura poco convencional.
La película no se anda con rodeos, pues entra en materia casi a los cinco minutos de haber empezado la proyección. Toda la trama se centra en el interrogatorio que se le realiza a un acaudalado abogado y a su atractiva y joven esposa. Él es el principal sospechoso del asesinato de dos menores con las que se le atribuía relaciones amorosas y sexuales, y, a través de la técnica del flashback, sin saber nunca si lo que en ellos aparece es lo cierto, iremos descubriendo la narración real de los hechos, mucho más complicados de lo que en principio parecía.
A parte de lo bien construido de la intriga, llevada con un pulso soberbio, lo que me cautivó de esta película es la profundidad que cobran los personajes conforme va avanzando la entrevista. Saldrán a relucir muchos trapos sucios: los celos, la perversión, el dinero, el interés, la soledad, la ambición, el sexo, el amor y la muerte se darán cita en un mismo escenario. Y lo que parecía un típico filme policíaco acaba resultando inesperadamente una película de desesperación y oscuridad romántica. O al menos es así como yo lo interpreté, aunque el final ha dado lugar a múltiples interpretaciones.
Como era de esperar, el duelo interpretativo entre Morgan Freeman y Gene Hackman, aparte de ser algo colosal, una lección magistral de dos veteranos, queda en tablas. Ambos aportan personalidad, fuerza y profundidad a sus respectivos personajes, llenos de fantasmas del pasado y de suciedad en el alma. La convencional superioridad del interrogante sobre el interrogado aquí es mucho más compleja, y la balanza irá inclinándose de un lado para otro a través de todo el metraje. También está en la película Mónica Bellucci, que cumple con corrección en su papel de mujer fría y sensual. Porque su relación con Gene Hackman también está llena de recovecos bastante relevantes en la investigación.
El estilo visual de la película es bastante de videoclip, pero en el buen sentido de esta palabra, que se suele usar como algo despectivo y no tiene por qué serlo. En general, está rodada por Stephen Hopkins con estilo, sobriedad y siguiendo los esquemas del buen cine negro.
En definitiva, es una película muy interesante, más centrada en la gran cantidad de diálogo, en la potencia interpretativa de unos protagonistas que apenas dejan de aparecer en la pantalla, y una descripción exhaustiva de los personajes. Vamos, un filme altamente recomendable, para luego analizar las complejas relaciones que se establecen entre todos y cada uno de los personajes. De inminente estreno, es una cita obligada para amantes del género negro y, en general, del buen cine.
FA 4009