Un pobre hombre endeudado hasta las cejas vende una vieja chaqueta. Se da cuenta demasiado tarde que se ha dejado en el bolsillo un billete de lotería que ha resultado premiado. Empieza entonces una loca carrera para recuperar el billete...
La llegada del sonoro significó algo así como una brisa revivificadora para el cine francés, que en el crucial período que transcurre entre 1929 y 1933 adquiere características netamente nacionales, que ya no se basarán en el acervo literario ni en las figuras representativas de la historia, todo ello raíz del academicismo de finales del mudo, si no más bien en las gentes populares y sus costumbres. El nombre de René Clair refulge con luz propia en esta etapa, procedente del cine mudo, quien con Sur les toits de Paris (1930), Le million (1931) y A nous la liberté (1931), entre otros filmes, se convertiría en un maestro consumado cuya obra incluso serviría de inspiración a realizadores de allende la fronteras: véase la influencia, reconocida por el propio Clair, ejercida en Charles Chaplin y su Tiempos modernos (1935).
FA 4025
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