Una de las grandes películas españolas del siglo XX, que representa la cumbre cinematográfica de su director, Juan Antonio Bardem, junto con su otra obra maestra, Calle Mayor, producida un año después. Juan, profesor de ingeniería en la universidad, mantiene una relación adúltera con María José, a la sazón esposa de un adusto millonario. La estabilidad de ambos se rompe cuando en una de sus escapadas, Juan y María José atropellan a un ciclista y por miedo a que su amor sea descubierto se dan a la fuga dejando al hombre malherido en el asfalto. La noticia de la muerte del ciclista será una dura prueba para sus conciencias.
La película cuenta con un guión medido, escueto, de pocas palabras, y con unos extraordinarios personajes que captan la atención enseguida. La composición de Alberto Closas es magistral, y su itinerario interior bebe de las fuentes del Raskolnikov de "Crimen y castigo". Juan Antonio Bardem eleva el listón del conjunto con una planificación fantástica -como las imágenes de la carretera, por ejemplo-, a menudo rica en símbolos -el cristal roto, la verja que separa a Juan de su alumna-, y elegantes y sutiles movimientos de cámara. A eso hay que sumar los cuidadísimos encuadres, ajustados, con bellos primeros planos, y unas audaces y efectivas transiciones entre acciones paralelas. La fotografía de Alfredo Fraile es soberbia.
Se trata en definitiva de un film técnicamente extraordinario, que cuenta una historia dura, escandalosa para la época, pero de indudable fuerza narrativa. Fue uno de los primeros éxitos de la actriz Lucia Bosé en España, antes de casarse con el torero Luis Miguel Dominguín. La película obtuvo el premio FIPRESCI en el Festival de Cannes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario