La primera película de Varda, considerada la precursora de la Nouvelle Vague, fue un largometraje de ficción, La Pointe courte. (...) Combinación de azar y deseos imprevistos, La Pointe courte traza ya el programa cinético de la ficción vardiana que ésta respetará a lo largo de los años: rodaje instintivo un poco a la manera del cinéma-vérité, una historia que discurre por una doble línea dirigida por la pareja que la protagoniza, composiciones que se fían del movimiento de los cuerpos, de los objetos, de la luz y de los sonidos (a menudo con una voz en off) y puesta en relación de la objetividad de los hechos sociales y la subjetividad del individuo, donde la figura central es la mujer (hay feminismo en el cine de Varda como lo prueba L'Une chante, l'autre pas). El rodaje poco ortodoxo se traduce también en un resultado poco ortodoxo: una película no convencional en forma y contenido que a menudo ha dividido a la crítica.
FA 3878
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