Años después de salir de la cárcel, un dentista espera a un paciente al que odia por haberle robado a su primer amor, y se imagina que lo asesina. Recuerda que estaba enamorado de la pelirroja del barrio, pero ella le rechazó. Un día vuelven a encontrarse, sin embargo ya no le resulta tan atractiva como antes, y se alegra de estar casado con otra mujer. Se trata de la película favorita de Walsh de entre las suyas.
Nueva versión de la película La mujer preferida, filmada en 1933 con Gary Cooper de protagonista. Ahora su lugar lo tomaba James Cagney como un dentista deprimido porque su enamorada -la rubia de fresa del título- se había casado con su mejor amigo. Los líos amorosos se suceden en un cuarteto amoroso donde también tiene mucho que decir la amiga de la rubia, encarnada por Olivia de Havilland. Todo según una obra teatral de James Hagan que se desarrollaba en 1910 y que fue convertida en guión por los hermanos Epstein, que dos años después causarían sensación con Casablanca. El productor asociado es William Cagney, hermano del actor. Dentro de su exclusivo reparto sobresale una risueña Rita Hayworth, después de que Ann Sheridan fuese expulsada del rodaje por un desacuerdo con la Warner. El film obtuvo una nominación al Oscar para la partitura de Heinz Roemheld. El argumento volvería a ser llevado a la pantalla en 1948 en forma de musical como One Sunday Afternoon, de nuevo dirigido por Raoul Walsh.
Rita Hayworth había hecho un largo meritoriaje con la Columbia (unos 6 años de películas de tercera clase), y a pesar de haber triunfado en 1939 en "Sólo los ángeles tienen alas" (Hawks, 1939), la Columbia no le dio ningún papel destacado en una superproducción durante 1940. En cambio, cuando la Warner tuvo un problema de desacuerdo con Ann Sheridann, reclamó a Rita para sustituírla en esta gran producción.Como Walsh reconocería más tarde, "La inteligente y viva Rita Hayworth estuvo sensacional en "La pelirroja". En realidad, lo que Rita aportó fue un sombrío y maquiavélico tono a esta "femme fatale", que tiene una sonrisa tan fría e imperturbable como la de la Gioconda. James Cagney no puede ni imaginar lo que se oculta tras su radiante e impenetrable máscara.Del mismo modo, puede decirse que la dirección de Walsh, convierte esta comedia costumbrista (muy bella y simpática, por otra parte) en algo más: una especie de sombría ironía que apunta continuamente a la tragedia, enmascarada por la aparente felicidad. De ahí los tonos de las secuencias carcelarias, y de la venganza que casi logra cajar durante 10 años en el alma de Cagney, contra su mejor amigo.Rita es el mayor símbolo de la película. Su luminosidad oculta siempre algo perverso, y cuando aparece aquí y allá durante la trama, continuamente nos recuerda la ironía subyacente del film. Algunas veces se ha dicho que nadie ha sabido mostrar con mayor serenidad que Walsh el mar y la noche. En este sentido, los encuentros nocturnos de Olivia de Havilland y James Cagney en el parque tienen una profunda melancolía.Así pues, un film en el que se conjugan continuamente melancolía, simpatía, oscuridad, reflexión sobre el paso del tiempo, tragedia y también alegría y capacidad de evocación de los alegres 90 se convierte en una comedia singular que trasciende el género. ¡Una vez más, Walsh se reserva sus secretos! (Noirestyle)
FA 3887
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