Pasión, lucidez y fatalidad son las claves de este drama moderno con tintes de tragedia griega. Yvonne, una mujer enferma, ignora a su marido concentrando todo su amor en su hijo. Cuando éste le anuncia que va a casarse, resultará que su novia es la protegida de su padre..
En 1938 Jean Cocteau escribió "Los Padres Terribles" para su amante de entonces, el actor Jean Marais, el tratamiento irreverente de un tema taboo como el amor obsesivo entre una madre y su hijo, tomando las convenciones y cliches del vaudeville (infidelidad, adulterio, confusión de identidades) para crear una farsa feroz e hilarante, produjo la inmediata reacción del Consejo Municipal de París que procedió a cancelarla por inmoral inmediatamente después de su estreno, ese mismo año.Recién en 1948 aparece su adaptación al cine casi literalmente de su pieza teatral . Cocteau ha señalado posteriormente que su propósito fue el de poner el cine al servicio de lo teatral, subrayando con ello el carácter ambivalente de su obra. Es cierto que al filmarla no modificó para nada el texto, que vertió directamente el conflicto ya llevado a escena; es cierto que su labor como cinematografista se redujo a acechar de cerca el juego de los actores, a perseguirlos con el lente magnificador de la cámara, a convertir en primeros planos cada una de las réplicas de un diálogo copioso; es cierto que no amplió la obra y que por el contrario la concentró, que no mostró ningún exterior, que logró que el escenario actuara sobre los personajes, ahogándolos poco a poco. Pero nunca la obra fue más teatral que al explotar algunos recursos que el cine le facilitaba, particularmente en lo que se refiere a la presencia opresiva del ambiente, a la velocidad y concentración del tiempo cinematográfico, a la cercanía del rostro del actor. Les parents terribles es un ejemplo de cómo salvaguardar la teatralidad de una pieza y de cómo aumentarla gracias a recursos típicamente cinematográficos.
FA 3822
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