Una trama rural de amor y hechicería es la excusa argumental para Los corceles de fuego, el primer film importante de Paradjanov, realizador de origen georgiano que hasta ese momento había cultivado una discreta reputación como realizador confiable para el sistema. En este film decidió, en cambio, desestructurar completamente el relato y abrevar con libertad en la imaginería pictórica folklórica. Tras la experiencia Paradjanov fue cuestionado y, aunque logró realizar otra obra maestra (Sayat nova en 1968), debió pasarse luego más de una década sin filmar.
Resulta difícil imaginar cómo alguien puede permanecer indiferente ante las películas de Sergei Paradjanov. Seguramente se le puede considerar uno de los más grandes directores –al mismo nivel que Tarkovsky, Bergman, Dovzhenko, Kurosawa y muchos otros –aunque en su caso Paradjanov ha conseguido esta reputación con tan sólo cuatro películas: Tini zabutykh predkiv (Shadows of Forgotten Ancestors, 1964), Sayat Nova (Colour of Pomegranates, 1968), Ambavi Suramis tsikhitsa (The Legend of Suram Fortress, 1984) and Ashugi Qaribi (más conocida por su título ruso Ashik Kerib, 1988).De hecho, Paradjanov dirigió unas cuantas películas antes de 1964 (la Internet Movie Database recoge 16) pero se han visto muy poco y él mismo se desentendió de muchas de ellas. Sus cuatro grandes películas fueron realizadas en unas condiciones muy difíciles, tanto financieras como políticas, y a pesar de ello, Paradjanov produjo cuatro extraordinarias obras que le aseguran un lugar en el panteón de los grandes directores. El director nació de padres armenios en Tiflis, Georgia en 1924. Durante la década de los 50 estudió en los estudios Dovzhenko en Moscú (durante un tiempo junto al mismo Dovzhenko). Su debut cinematográfico llegó en 1954 y en los 10 años siguientes realizó una serie de películas – las únicas que más adelante rechazó. Como era de esperar, estas películas cumplían rigurosamente con el realismo socialista de la época, aunque quienes las han visto (por desgracia yo no) dicen que se aprecian signos de la poderosa imaginación visual que aflorará en sus películas más famosas.En 1964, Paradjanov realizó Tini zabutykh predkiv— la película que hizo que el público internacional le prestara atención. En muchas ocasiones Paradjanov ha dicho que la película que le influyó más profundamente y que le liberó de sus primeros trabajos fue Ivanovo detstvo (La infancia de Iván, 1962). Escribe: “Tarkovsky, que era 12 años más joven que yo, fue mi maestro y mi mentor. El fue el primero, en La infancia de Iván, de usar las imágenes oníricas y los recuerdos para componer alegorías y metáforas. Tarkovsky ayudó a las personas a descifrar las metáforas poéticas. Estudiando a Tarkovsky y realizando variaciones sobre su obra, me he vuelto más fuerte.”Que hubo una influencia resulta innegable, pero el genio cinematográfico de Paradjanov es tan absolutamente único y su imaginación visual tan idiosincrática, que las alusiones a Tarkovsky son una pequeña ayuda para aproximarse a la obra de Paradjanov.
Tini zabutykh predkiv fue rodada en las montañas de los Cárpatos del oeste de Ucraina, donde vive el pueblo hutsul. No está claro en qué período histórico se situa la película – algunas fuentes lo datan a comienzos del siglo XIX, aunque yo creo que es algo más tarde – pero de todas maneras la época es irrelevante. Los hutsul viven aislados del resto del mundo y la historia de Tini zabutykh predkiv podría haberse producido en cualquier época. La vida de los hutsul es dificultosa y la muerte está a menudo presente. La película se abre con la muerte de Olexa, que es aplastado por la caída de un árbol cuando intenta salvar a su hermano pequeño Ivanko del mismo destino. A continuación encontramos a Ivanko en una iglesia con su padre Pyotr Pavlichuk. Pavlichuk reprende a un vecino rico, Guteniuk, por su generosidad con la iglesia, en comparación con su avaricia con las pobres gentes del pueblo. Guteniuk se enfada y los dos hombres se pelean fuera de la iglesia. Pavlichuk resulta muerto – otro funeral más.Ivanko, sin embargo, parece relativamente indiferente ante la muerte de su padre, y mucho más interesado en Marichka, la hija pequeña de Guteniuk. Al principio los dos niños taunt each other pero pronto se ponen a jugar y está claro que éste es el auténtico comienzo de la historia de la película. Las primeras escenas pueden parecer deprimentes en la línea del “típico cine ruso”, pero de hecho son lo opuesto. La acción tiene lugar extraordinariamente rápido, a veces casi alocadamente. Las escenas se filman con la cámara al hombro, a menudo corriendo y, por lo que parece, casi sin editar. Hay muy poco diálogo –lo justo para que la película avance- y está punteado por estallidos de extraordinaria música popular hutsul. Tras cinco minutos, te parece que sabes más de la vida de los hutsul que si hubieses visto un montón de documentales.
Paradjanov gusta de insertar en el curso de la acción escenas breves aunque cuidadosamente compuestas. Son como naturalezas muertas, que centran la atención en alguna imagen que haya captado el ojo del director: el detalle de un vestido, un rostro impactante, una hogaza de pan. Esta es la técnica que utilizará hasta el exceso en su famosa Sayat Nova, pero en Tini zabutykh predki estas imágenes pasan rápida y de forma fluida.Vayamos ahora a la primera parte de la historia: "Ivanko y Marichka". (La película se divide en secciones: Los pastos, Soledad, Días de trabajo, Navidad, y otras). Los dos niños juegan juntos en medio de canciones infantiles. Nos enteramos del odio de la madre de Ivanko contra los Guteniuks, así que resulta fácil y tentador clasificar la historia como un Romeo y Julieta hutsul. De nuevo resulta difícil expresar con palabras la velocidad y la economía de esta parte de la película. Paradjanov siempre da al espectador la información suficiente, ya sea a través de la imagen, de la música o del diálogo, de modo que sabemos en qué parte de la historia estamos. Los dos niños juegan inocentes y felices, pero de repente nos damos cuenta de que su juego se está convirtiendo en algo más, e instantes más tarde nos encontramos a Ivanko y Marichka como dos jóvenes desesperadamente enamorados.Otra ves la cámara al hombro, rápida, a veces desenfocada, a veces filmando a través de un muro de árboles casi impenetrable, permitiendo sólo vislumbrar lo que está pasando, y como siempre las deslumbrantes imágenes se superponen a la deslumbrante música.Esta parte termina con Ivan (su paso a la edad adulta se representa con la pérdida del diminutivo) marchando a trabajar como jornalero a los pastos de verano de las montañas. Ello nos recuerda la dureza de la vida: todos los hijos de la madre de Ivan han muerto, igual que su marido, y ahora Ivan se marcha.
No creo que importe mucho hablar de lo que pasa después. No es que la historia sea predecible, más bien es un arquetipo: sabemos desde el comienzo que la tragedia siempre anda cerca, y por eso cuando Ivan se marcha, Marichka se ahoga en el río cuando intentaba rescatar una oveja extraviada. Ivan regresa y, por supuesto, queda destrozado cuando contempla el cuerpo de Marichka.Es de destacar que la película pasa de la exuberancia del principio a un estado más sombrío. Ivan se hunde rápidamente en la tristeza, vaga de pueblo en pueblo con desespero, haciendo trabajos despreciables con tal de mantener firmes el cuerpo y el alma. (En este punto, la película cambia al blanco y negro, lo que se debe entender como un reflejo simbólico de la melancolía de Ivan, pero yo sospecho que tiene más que ver con que a Paradjanov se le acabó la película en color y tuvo que utilizar la única que tenía).En la quinta parte, "Ivan y Palagna", vemos que Ivan ha encontrado otra mujer, Palagna. Se casan y viven juntos, pero está claro que algo no marcha bien. El matrimonio no se consuma, y aunque Ivan no es abiertamente cruel con Palagna, tampoco le demuestra su amor pues todavía está poseído por el espíritu de Marichka.Al final del año, desesperada por tener hijos, alagna visita a una bruja. El trabajo de la cámara es más cambiante que nunca: en la escena de la taberna, hacia el final de la película, cuando Ivan se enfrenta a la bruja, todo está extrañamente sombrío y comprimido en un estilo que recuerda al expresionismo alemán, realzando la atmósfera claustrofóbica y cargada de conflictos. Con ello, la película camina hacia su clímax y conclusión (que no revelaré).Como he dicho, hay un claro slowing down in the pace de la película a partir de la muerte de Marichka hasta el final, aunque Paradjanov sigue recurriendo a la corriente de imágenes, música, fragmentos de diálogo, oraciones y canciones para hacer avanzar la película. Aunque el reposo se haya plantado en la película, ésta no tiene nada de la gravedad con que se identifican los films soviéticos.Una película más allá de su tiempoTini zabutykh predkiv fue acusada de ir totalmente en contra de tenets del realismo socialista en el cine, e incluso de contribuir a su derrumbe. En lugar de realismo socialista, hay una especie de naturalismo en la descripción de las vidas de los hutsul que hace de la película un producto fascinante. Se puede ver como un documento etnográfico de este desconocido pueblo de los CárpatosEs fácil olvidarse de que los principales personajes de la película son actores (Ivan Mikolajchuk, por ejemplo, que interpreta a Ivan, hizo 15 películas más después de Tini zabutykh predkiv ), y el uso brillante que Paradjanov hace de la música, el vestuario, el dialecto hutsul, y las tradiciones de la región ayudan a entrar de lleno en el mundo hutsul.Paradjanov realizó dos películas más en los 60, antes de Sayat Nova en 1968 —la película que confirmó su reputación a nivel mundial. En aquel tiempo, sin embargo, estaba fuertemente presionado por las autoridades soviéticas, y a partir de 1969 se le prohibió trabajar. En 1973 fue arrestado con los cargos de homosexualidad, comercio ilegal y tráfico de piezas de arte, y en 1974 fue condenado a cinco años de trabajos forzados. Salió libre en 1978, y pasó los cinco años siguientes pintando, haciendo esculturas, marionetas, collage y todo tipo de formas artísticas, pues no se le permitía trabajar en un estudio de cine. Volvió a ser detenido en 1982 y pasó en prisión un año. Regresó al cine en 1985 con Ambavi Suramis tsikhitsa. Tras pasar otro tiempo detenido en 1988, realizó su última película, Ashugi Qaribi. Paradjanov murió en Julio de 1990.(James Partridge ,Tini zabutykh predkiv, de Sergei Paradjanov)
FA 3869
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