Las fuerzas vivas de un pueblo representadas por el médico, el notario y el carnicero forman una inmobiliaria para hacerse con unos terrenos para especular con ellos. Madame Cuno (Stephane Audran) se niega a vender su propiedad. Ella es una viuda resentida encarcelada en su silla de ruedas que aprovechará el trabajo de su hijo, cartero, para espiar la correspondencia de sus enemigos y obtener ventaja. Se produce un accidente o asesinato y varias desapariciones apareciendo el inspector Lavardin (Jean Poiret). Con métodos muy heterodoxos el policía va obteniendo información y acorralando a los sospechosos.
FA 4040
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