Maridos
Gus, dentista, Harry, publicista, y Archie, periodista, son tres amigos casados y vecinos de Long Island, que asisten al entierro de un cuarto amigo, muerto a consecuencia de un ataque cardiaco. Tras el entierro, se largan corriendo a Manhattan a jugar al baloncesto y a nadar en un club. A continuación deciden emborracharse, acabando en una tasca de barrio llevando a cabo un absurdo concurso de canto en el cual, los clientes deben demostrar, cantando, que el auténtico sentimiento y el auténtico amor no han muerto. A la vez, se preguntan sobre sus vidas, amores y relaciones, cuestiones de las que habían estado relativamente inconscientes hasta ese momento, enfrentándose a la juventud que, de pronto, sienten que se les ha ido de las manos. Como resultado de sus cavilaciones deciden pasar un fin de semana por todo lo alto, viajando en avión a Londres y gastando el dinero como unos turistas ricos. Ligan con unas chicas en un casino miserable, consiguiendo un poco de sexo y excitación fuera de lo normal en sus vidas e intentan romper el ciclo vital en el que están atrapados. Al final, Gus y Harry vuelven a casa mientras que Archie decide quedarse en la ciudad.
Película con la que John Cassavetes accedió por primera vez a un presupuesto en condiciones, que aquí fue de un millón de dólares. La película es consecuencia del éxito de "Faces", la inmediatamente anterior, que propició que el director fuera contratado por Columbia, lo que aprovecha para abrir un nuevo capítulo en su filmografía. La película parte de un mínimo armazón argumental para crear una estructura abierta apoyada en los largos monólogos de sus tres protagonistas a base de frases insignificantes. Cassavetes escoge a tres cuarentones, genuinos representantes del americano medio, para diseccionar el comportamiento masculino a esa edad y por extensión, mostrar sus modelos de conducta dentro de la familia y la sociedad.
FA 4036
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