El engañoso verano del 68
Esta hermosa y graciosa película se centra en el hijo mayor, Petar (Slavko Stimac), de una familia manejada por un estricto y autoritario padre, encarnado magníficamente por Danilo Bata Stojkovic. El joven Petar lucha para graduarse de la secundaria principalmente por una razón, esta tan encaprichado con su maestra de Marxismo que no puede pensar en otra cosa mas que en ella durante sus clases. Cuando llega la graduación, le miente a su padre sobre haber aprobado todas las materias mientras en realidad ha fallado en Marxismo.
Por supuesto, la verdad no es fácil de ocultar y cuando eventualmente sale a la luz, su padre se horroriza y decide castigarlo. En este punto se suceden una serie de escenas con la esposa del panadero, y cuanta mujer se le cruce en su camino. Más complicaciones y giros cómicos siguen llegando y llegando y la risa no cesa. Toda esta situación sucede durante una época muy turbulenta, la revolución estudiantil del verano del 68.
Reminiscencias del tema del comienzo de la adolescencia en anteriores películas como Black Meter de Milos Forman o Closely Watched Trains de Jiri Menzel, el director Goran Paskaljevic comparte la visión cómica de sus compañeros checos mostrando la agonía del primer e inseguro amor. Paskaljevic es un maestro de la comedia social y todos los actores hacen increíbles trabajos, probablemente el mejor trabajo de Slavko Stimac.(CINEMATISMO)
Por todos los amantes del cine balcánico es bien sabido que Goran Pasklajevic es uno de los mayores representantes del cine socio-político de la región. Esta es sin lugar a dudas una de las mejores comedias del viejo cine yugoslavo y su carácter crítico es insoslayable. Este es un director que difícilmente puede ser obviado en el cine europeo de los últimos treinta años y, sorprendentemente, es relativamente desconocido en España.
Todo el film transcurre a lo largo del turbulento año 68, momento en que los estudiantes de todo el mundo desarrollado junto a otros sectores estratégicos de la sociedad se rebelaron contra el orden establecido. Yugoslavia no estuvo fuera de la tónica dominante en Europa. La Universidad de Belgrado estalló tras París, Berlín, Varsovia o Praga con lemas como "¡Burócratas: no mangoneéis a los trabajadores!", "¡Más escuelas!, ¡menos coches!", "¡Abajo con la burguesía roja!" o "¡No hay socialismo sin libertad ni libertad sin socialismo!". Todo esto queda magistralmente reflejado en la película, de hecho la visión presentada en esta película está avalada por la experineica del propio Paskaljevic, quien estudiaba ese mismo año en la Escuela de Cine de Praga. Al año siguiente vería su primera película prohibida por la censura del Estado checoslovaco. Muchos motivos tenía el propio Paskaljevic para recordar con agrado aquella película: opuesto al nacionalismo dio una visión en cierta manera idílica de un mundo que a principios de 1980 estaba en estado de derribo, mostrando la que fue posiblemente la única protesta política yugoslava no relacionada con la cuestión nacional. El programa radical de reformas iniciado en 1965 venía a profundizar en las diferencias entre el rico norte y el pobre sur y devolvía importantes poderes políticos a las repúblicas. Todo esto afectó a la centralizada estructura del Partido, desembocando en el caos más absoluto y en una atrofia absoluta del estado. La reforma sólo benefició a banqueros de Belgrado y hombres de negocios que mantuvieron completamente bajo control los asuntos económicos.
Es evidente que todo esto contrasta en cierto sentido con el clima tranquilo y rutinario de una pequeña ciudad de provincias serbia que muestra la película y las fantasías y ensueños juveniles de Petar, representado por un genial Slavko Stimac. Los problemas políticos aparecen lejanos para los personajes del film, lo cual es una muestra de la dificultad del individuo para dilucidar el modo en que se ve afectado por la política.
Hay muchas cuestiones interesantes a lo largo del film: la crítica al régimen titista es la más dominante. En primer lugar hay un ataque frontal contra el dogmatismo marxista que trataba de analizar y esquematizar la vida humana por encima de las peculiaridades individuales de cada uno, como bien muestra el hastío de Petar respecto a las cuestiones doctrinarias. Sus preocupaciones son las de un joven cualquiera, Petar se encuentra en pleno viaje iniciático hacia la edad adulta y su abuelo, como suele ocurrir en estas sociedades balcánicas patriarcales, es la correa de transmisión entre el pasado y el presente. Al mismo tiempo hay una crítica al arribismo y falta de idealismo de muchos individuos que simplemente se ponían la chaqueta del comunismo como un medio para conseguir una mejor posición social, el padre de Petar sería el mejor paradigma de ello. De hecho sería al mismo tiempo la representación del estado autoritario-paternalista titista que trata de imponer su lógica y mentalidades sobre los ciudadanos. Así el padre aparece como un elemento fundamental en el control social del Estado sobre los individuos, un elemento necesario en la cadena jerárquica que se encarga de imponer el orden establecido. De hecho su figura podría compararse a la del césped, que se adapta a la dirección en que sopla el viento. Es significativo el modo en que el Estado marca los ritmos vitales y las opiniones, de hecho, el padre de Petar, cansado de que su hija alimente ideas contrarrevolucionarias (es decir, opuestas al régimen) a causa de las noticias televisivas esconderá la televisión. No obstante, cuando Tito aprueba las reformas propuestas por el movimiento estudiantil el padre devuelve la televisión a su sitio diciendo "El camarada Tito ha dicho que los estudiantes están bien. Podemos ver la tele otra vez". He aquí una crítica a la absurda autorepresión que muchos individuos llevan a cabo sobre su propia libertad en los estados autoritarios, esta aceptación por parte de la mayor parte de los individuos es una condición necesaria para la existencia de éstos. Al final se acaba demostrando que el individuo tan sólo se preocupa en primera instancia por poder vivir en las mejores condiciones materiales posibles y que la dignidad no es posible con el estómago vacío. No obstante los jóvenes protestan ante el aburguesamiento de la elefantiásica burocracia del Partido Comunista Yugoslavo y las escasas perspectivas de futuro que quedaban a toda una generación de jóvenes que habían entrado masivamente a la universidad. En general esto fue lo que impulsó a los jóvenes a las calles: el conservadurismo de las élites del Estado tras más de veinte años en el poder.
La representación que Slavko Stimac lleva a cabo de su papel es deliciosa; todas las mujeres del film auténticas bellezas, desde la primera a la última; la calidad de la comedia es indudable y la convierte en un clásico imprescindible. Definitivamente la recomiendo. DAVILOCHI
FA 4057
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