sábado, 11 de octubre de 2014

Ekpombi (Theodoros Angelopoulos, 1968)

El programa
El programa radiofónico Caras y ritmos de 1967 sale a la calle para preguntar a la mujer griega cómo es su hombre ideal. A partir de la descripción los reporteros buscarán al hombre que encarne este ideal, que será premiado con una cita a solas con una famosa actriz. Evidentemente, este encuentro privado nunca se producirá. Primer film de Theo Angelopoulos, que obtuvo el Premio de la Crítica Griega en el Festival de Salónica en 1968.

El Programa (I ekpombi, 1968) es el único cortometraje que rodó Theo Angeolopoulus antes de dedicarse a la realización de largometrajes. Su visionado pone de relieve una cadencia rítmica diferente al resto de su obra posterior; la influencia del guión de Rafael Azcona, decano de los guionistas españoles, se hace en éste punto más que evidente.

Azcona comenzó su carrera como guionista a las órdenes de Marco Ferreri, con El pisito (1959). Después llegarían sus colaboraciones con Luís García Berlanga en las aclamadas Plácido(1961) y El verdugo (1963). Su éxito internacional no tardaría en evidenciarse y pronto cineastas de las diferentes nuevas olas del cine europeo, solicitaron los servicios del prometedor logroñés. Es así como el joven Angelopoulus, todavía en plena fase formativa, contactó con Azcona:

“Yo había estado trabajando los primeros años de los sesenta como periodista, lo que me permitió ejercer la crítica cinematográfica y entrar en contacto con los nuevos cines. Pronto, gracias a una amistad bien avenida, conseguí algo de dinero de la televisión griega. Les convencí enseñándoles un cortometraje que hizo un colega danés acerca del hombre ideal. Ellos querían algo moderno, que escapara al encorsetamiento decadente que reinaba por doquier. [...] Merced a una serie de acuerdos militares, se tendieron puentes de entendimiento entre países del sur del Mediterráneo, como España y Portugal. Países que, como el mío, soportaban una férrea dictadura militar de derechas. En uno de esos intercambios, cerca de Atenas, conocí a Rafael.” ( Angelopoulus, Theo, Una mirada sobria alrededor de mis películas, Paidós Cine, Barcelona, 2002. Pág. 38.)

Sobre su tormentosa relación tenemos pocos datos. El crítico anglosajón Colin MacCabe, ha intentado arrojar algo de luz obre la cuestión en su obra Early Shots, Early Lifes: Angelopoulus on films. Parece ser que desde la misma génesis del proyecto, las posturas de ambos creadores fueron opuestas. Tal vez, por esa cuestión, el retrato de la moral griega no es tan corrosivo como cabría esperar. Así, lejos de denunciar la miseria moral imperante, objetivo último de Azcona, Angelopoulos ofrece una mirada distante y fría sobre los fenómenos que narra. De ahí que Azcona, visiblemente ultrajado, denunciara la prepotencia del director y sus devaneos con el marxismo-leninismo durante una de las periódicas reuniones del Comité Central para una Cinematografía Nacional, encabezado por el coronel Learco Venaki.

Con posterioridad Azcona continuó su periplo europeo y se trasladó a la Isla de Färo, en Suecia, para trabajar en el guión de la segunda parte de Fresas Salvajes (1957), codo a codo con Ingmar Bergman. Colaboración fallida, que luego serviría al propio Azcona para dar forma a La prima Angélica (1973), donde Victor Sjöström era sustituido por José Luís López Vázquez, a las órdenes del cineasta español Carlos Saura. Ese año 1973 fue el año en que Ferreri rodó La gran comilona (1973), el film que pondría punto final al poco conocido itinerario europeo de Azcona.

(http://hunterztop.blogspot.com/2007_11_01_archive.html)

FA 8490

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