sábado, 19 de noviembre de 2011

D. W. Griffith - Abraham Lincoln (1930)


La vida del presidente Abraham Lincoln a través de los hechos más significativos que tuvieron lugar durante su mandato: la cabaña donde se crió, los debates con Douglas, su anécdota con el General Grant, sus amores y su matrimonio con Mary Todd. Esta fue la primera de sólo dos películas realizadas por Griffith en la era sonora; no fue un éxito en el momento, pero en los últimos años ha llegado a ser considerada como la película definitiva sobre el presidente.
Durante la segunda mitad de la segunda década del siglo XX, David Lewelyn Wark Griffith –nacido el 22 de enero de 1875 en una granja de Oldham County, Kentucky– era un intocable para sus contemporáneos. Con toda razón: a esa altura, Griffith había establecido el canon de la gramática cinematográfica, empujando hacia adelante el conjunto de la flamante industria del cine, fijando el largometraje como duración standard para las películas, formando a una generación de sucesores y legando a la contemporaneidad dos monumentos fílmicos de la talla de El nacimiento de una nación (1915) e Intolerancia (1916). Durante la década siguiente, la estrella de Griffith iría en franca declinación, y a comienzos de los ‘30 se extinguiría. Para entonces, las moving pictures ya hablaban, y el público y los críticos comenzaban a hastiarse de un tipo de cine que le debía todo a la novela popular del siglo XIX. En julio de 1948, al entierro asistieron sólo cuatro miembros de la industria que aquel pionero echó a andar. (...)(Pàgina 12)
The Dramatic Life od Abraham Lincoln producida en 1924 por Phil Rosen, vuelve la vista con nostalgia a un pasado anticuado, màs sencillo, màs inmediato y donde presuntamente nada separaba a los gobernantes de los gobernados. Abraham Lincoln, la primera pelìcula sonora de D. W. Griffith, va en esta misma direcciòn. El director subraya la dimensiòn "popular" y las cualidades morales del presidente norteamericano màs famoso del siglo XIX. (...) (El Siglo XX en pantalla)
(...) Nace un nuevo Hollywood, el cine mudo se desvanece, y con ella figura de su padre artístico, uno de tantos que hizo posible el reinado interminable de la Meca del Cine.
La Warner logra que podamos escuchar las voces y oír cantar a Al Jolson en “El cantante de jazz” (The Jazz Singer, 1927).
El cine vuelve a transformarse. Griffith declara que las películas habladas desaparecerían, que nunca sería posible sincronizar la imagen con la voz, que la única voz del cine debería ser la música. "La verdadera gran película y el director que piensen más en su prestigio que en los dólares seguirán siendo mudos... Las primeras películas habladas van a adolecer de las mismas faltas de naturalidad, interpretación dudosa, momentos de inacción prolongada, etcétera, de las películas de hace veinte años, y producirán en el público una sensación de retroceso del cine como industria y como arte." (David W. Griffith, declaraciones a la revista Photoplay, a fines de 1928).
Aun así hace algunas películas sonoras, como “Lady of the pavements”, de 1929; “Abraham Lincoln”, de 1930 (una de sus últimas grandes películas) o “The Struggle”, de 1931, su última película. El lenguaje inventado por Griffith ya no puede dar más de sí. Se ha convertido en patrimonio de la cinematografía universal. El cine aplasta a su padre artístico y lo manda al olvido.
René Clair, el genial director francés, lo describe, ya decadente, en una taberna del barrio chino de Londres, en 1935, donde le invitó una copa. Griffith se levantó súbitamente y dejó el lugar: "Se diría que paseaba entre la niebla en busca de su perdida juventud y su genio extinguido, tratando de encontrar en la noche del pasado aquella niña triste de “Los Lirios rotos”, aquella sombra que él hizo nacer y que ahora tenía más vida que él mismo..."
Griffith se va solo, en la oscuridad de la noche, sin ser despedido por una multitud a su alrededor y sin el sol brillando en el cielo. La noche del 23 de julio de 1948, olvidado por todos, en un sucio cuarto del hotel Knickerbocker de Hollywood, muere David Wark Griffith, víctima de una hemorragia cerebral. (Fragmento del texto de Oskarele, tomado de Pa Lo Que Hemos Quedao)
"En 1960 para nosotros hacer cine era imitar a D.W. Griffith realizando sus películas bajo el sol de California, antes incluso del nacimiento de Hollywood." François Truffaut
"Así como se vuelve a los griegos para escribir una obra literaria, en Cine sería bueno volver a Griffith." Eric Rohmer
FA 4482

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