Primera de lo que podríamos denominar trilogía
criminal-costumbrista-irónica-madrileña de Neville, que tendría su continuación
en Domingo de carnaval (1945) y El crimen de la calle de
Bordadores (1946). En La
Torre de los siete jorobados, Neville adapta junto a José
Santugini una novela de Emilio Carrere y nos traslada al Madrid de 1917, donde
Basilio está enamorado de la hija de un fantasma que sólo ve él. Una
investigación policial hará que descubra una extraña secta que se oculta en los
subterráneos de Madrid.
Esta intriga le sirve al director para experimentar con la
técnica del expresionismo alemán mediante imágenes oníricas y efectos visuales
que convierten el film en un insólito producto de género fantástico.
Reivindicado con el paso del tiempo, es actualmente uno de los títulos clásicos
de la cinematografía española. (Tomado de decine21)
FA 4499
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