El progresivo descubrimiento de su filmografía, me está confirmando la creciente impresión de que en la figura de Edward Dmytryk concurren las virtudes de un primerísimo cineasta. Una figura que legó –con una serie de lógicas irregularidades comunes a cualquier cineasta norteamericano de la época-, un buen puñado de magníficos títulos. Es lamentable que a estas alturas su conocida y más bien simbólica delación en la “caza de brujas” de McCarthy haya supuesto una mancha que ha impedido centrar al aficionado en el atractivo de su obra. Es curioso tener que consignarlo, y para ello me gustaría establecer la oposición que podría marcarse con otro conocido delator –este de mucha mayor trascendencia-, pero que astutamente sí que logró eludir esa pesada carga a la hora de mantener el flujo de su filmografía. Me estoy refiriendo a Elia Kazan. Es más que probable que una serie de circunstancias externas favorecieran el malditismo que se ha seguido sobrellevando en torno a la figura de Dmytryk, una de las cuales quizá fue ese limitado periodo británico establecido pocos después de su acusación en Norteamérica, que quizá, por su propia brevedad, rompió con su andadura hollywoodiense. (Cinema de perra gorda)
Aunque Farewell, My Lovely (1940) fue la segunda novela sobre el famoso detective privado de Los Angeles Philip Marlowe después del estreno de la saga con la conocida El Sueño Eterno, fue sin embargo la primera en llevarse a la gran pantalla. Antes de esta película de 1944 hubo otra también basada en la obra de Chandler, pero titulada The Falcon Takes Over del director Irving Reis esta vez como tercera entrega de la serie creada por Michael Arlen sobre las andanzas del detective privado británico Gay Lawrence “The Falcon” que la RKO llevó a la gran pantalla con el actor George Sanders como protagonista en el año 1942.
La historia fue que alquilaron los derechos de autor de esta segunda novela de Chandler sobre Marlowe para hacer una tercera entrega cinematográfica de la serie “The Falcon” para la RKO.
Sin embargo sería el cineasta del Motin del Caine, Edward Dmytryk de origen ukraniano, uno de los famosos 10 de Holywood durante el proceso de caza de brujas, quien se encargaría de firmar ahora sí una película basada descaradamente en las andanzas de uno de los detectives azabaches con más clase con permiso del Sam Spade de Dashiell Hammet… Y ello porque la primera obra sobre Marlowe de Chandler, El sueño eterno fue llevada a la gran pantalla dos años después por Howard Hawks con Humphrey Bogart jugando el papel del cínico detective y Lauren Bacall dándole la justa réplica…
Max steiner sería el creador de la pegadiza y minimalista banda sonora cuyo tema principal invade la mayor parte del metraje y con la fotografía de Sidney Hickox el mismo que fotografiara El sueño eterno o Tener y no tener…
La verdad es que la cinta es una obra maestra del film noir de todos los tiempos… con un guión genial, una puesta en escena brutal y todos los ingrediente indispensables del cine azabache…
Bajo las nuces de neón de Los Ángeles filmada en blanco y negro, entre finas tandas de lluvia incesante y niebla opaca, en escenarios teñidos de un intenso negro color noche, Historia de un detective destaca con luz propia en el olimpo de las mejores obras maestras del cine negro… y la interpretación del cantante, actor, productor y director Dick Powell como el sarcástico e irónico Marlowe, es de lo mejorcito del género…
Merece la pena verla aunque sólo sea por deleitar nuestros oídos con los insuperables diálogos de las novelas de Chandler, secos y lacónicos, incisivos, irreverentemente adolescentes y directos al pecho del espectador… O aunque sólo sea por ver a Marlowe encender una cerilla con el trasero de una estatua de Cupido, imagen fetichista donde las haya…
Con algunas variaciones anécdóticas con respecto a la novela de Chandler la película continúa siendo una obra maestra.
(Claqueta)FA 4129
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