Magnífica. Es una historia durísima y triste sobre el rechazo a que se ven sometidas las personas que no se saben ubicar en un mundo donde son locos a ojos de los normales y se sienten normales en un entorno de locos. La película muestra los orígenes de esa inadaptación: la no aceptación familiar, el oscurantismo, el abandono, las frustraciones… El título original es más propicio que el doblado, pues es A child is waiting, leitmotiv absoluto de la película (ésas imágenes del niño que ansía todos los miércoles que vengan a verle y nunca viene nadie).
Por otro lado, hay un tema aún más complejo: cómo afrontan los educadores este rechazo social. Ahí surge el drama emocional de la película. Un Burt Lancaster soberbio, mostrando dureza con unos chicos, a los que quiere imponer una disciplina a la que aferrarse, una extraña rutina hueca (porque es lo único que tienen), y una Judy Garland sensiblera, que no comprende que, implicándose en los orígenes, otorgando compasión y lástima, lo único que logra es agravar el dolor. Una cinta soberbia que deberían ver todos los educadores junto a obras como Hoy empieza todo (Tavernier, 1998) o Los cuatrocientos golpes (Truffaut, 1959).
FA 4112
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