Descartes
Vida del gran filósofo, fisico y matemático francés René
Descartes (en latín Cartesius(o)) desde su adolescencia en un colegio jesuita
hasta su muerte repentina debido a una profunda depresión...
René Descartes (Cartesius) de Roberto Rossellini es un film
de 1974 que narra la vida del filósofo ,matemático y físico francés considerado
el padre del pensamiento moderno .La película deja entrever diversos aspectos
que alimentaron su curiosidad respecto al conocimiento tanto en su formación en
el colegio jesuita de La fléche y en la universidad de Poitiers y , la difícil
tarea de darle justificación a la razón como base de todo saber.La situación
deprimente y trágica que el final nos transmite sobre el filósofo nos recuerda
la ardua tarea de soledad y desasosiego en la cual han vivido los grandes
pensadores por el afan a la verdad .Se especuló que tras su viaje a Estocolmo
en 1649 por una invitación de la Reina Cristina de Suecia y su posterior muerte por
neumonía sea real.Se ha sugerido que el pensador en realidad fue envenenado con
arsénico.Y esa es la discusión que permanece hasta el día de hoy en torno al
filósofo ,además de una espléndida obra que tiene el sello de la frase que lo
inmortalizaría en la hisotria del pensamiento occidental:Cogito ,ergo sum(1)
(pienso, luego existo o literalmente pienso ,por lo tanto existo).Con esto
podemos decir que Descartes se ha convertido también en el arte cinematográfico
en un clásico gracias al genio de Rossellini. (Filosofìa
Mòvil)
A comienzos de los años 60, Roberto Rossellini anunció que abandonaba el cine comercial de ficción, en el que ya no creía. Su episodio “Illibatezza”, que forma parte de la película colectiva “Rogopag” (1962) puede considerarse como su última película de ficción y con ella Rossellini, según J.L. Guarner (en: Roberto Rossellini. Ed. Fundamentos, 1985, pág. 160), quería “mostrar fría y lúcidamente que el cine no es más que apariencia”. Para Guarner es preciso ver en este filme no una denuncia de la imagen convencional, sino un rechazo de la misma.
Finalmente, Rossellini declaró en 1963 lo siguiente: “quiero retirarme de la profesión y pienso que tengo la obligación de prepararme –con toda libertad- para replantearlo todo desde el principio”. Empezó así unabúsqueda de lo que él mismo llamó la “imagen esencial” que debería reunir una serie de características, y la primera era sin duda la de abandonar el espectáculo para propiciar una vía hacia el conocimiento.
Construyó, con este objetivo, su teoría y su práctica del “cine didáctico”, que desarrolló desde entonces en la televisión, medio ideal, según Rossellini, para este tipo de cine. Ni que decir tiene que las pretensiones de Rossellini, las de utilizar la televisión pública como “universidad popular” para expandir el conocimiento y el saber, han sido absolutamente desmentidas por la realidad. El intento que hará Rossellini de crear una “enciclopedia televisiva” durante 10 años, entre 1964, con “La edad del hierro (L’età del ferro)” y 1974 con “Cartesio (Cartesius)”, resulta hoy, a la vista de en qué se ha convertido la televisión, algo casi patético y que, desde luego, ha sido prácticamente olvidado, hasta en los departamentos universitarios de pedagogía de la imagen.Señalemos que, a diferencia de lo que pensaba Jean Renoir, que hizo algún intento postrero en su carrera de encontrar un “lenguaje específico” de la televisión, diferente al del cine; Rossellini creía que cine y televisión compartían un mismo lenguaje, por eso él siempre dijo que sus producciones televisivas pertenecían al ámbito del “cine didáctico”. En definitiva, como ha sido señalado, “Rossellini con sus obras didácticas -nueve producciones televisivas y dos cinematográficas- y sus textos teóricos -recogidos en numerosos escritos, entrevistas y en tres ensayos-, propone un regreso a la inocencia” (Àngel Quintana.“El camino del cine didáctico de Roberto Rossellini”. En: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2002). Esa “inocencia” suponía una vuelta a los orígenes, ya que: “el cine fue creado también como un instrumento para conocer el mundo. Los films de los hermanos Lumière proponían al espectador una visión primigenia de las cosas, que poseía un carácter marcadamente inocente”. Por eso Rossellini se interesó vivamente en el pensador renacentista Leon Battista Alberti, que buscaba una relación clara entre arte y ciencia, y a partir de ahí reivindicó una utilización racional del arte (A. Quintana, op. cit.).
Para Rossellini el arte era una vía privilegiada de conocimiento, que permitía aproximarse con exactitud a la verdadera naturaleza humana pero, paradójicamente, con la condición de renunciar a lo que le es propio,a la “estética”. Su actitud era “contraria a cualquier forma de búsqueda estética y a una toma de posición personal que reconstruyera otra realidad diferente a la observada”, ya que “consideró que el cine había de ser sobre todo un vehículo para comunicar ideas y que las imágenes deberían ponerse enteramente al servicio de éstas, nunca de una estética”. Y es que “la teoría de Rossellini sobre la información a partir de la imagen tiene sus raíces en un texto pedagógico del siglo XVIII, escrito por el pensador checo Jan Amós Comenius, Didáctica magna. En dicho texto, Comenius considera que la dificultad para aprender proviene del hecho que las cosas no se enseñan a los alumnos por visión directa sino mediante aburridísimas descripciones (..). Comenius reivindicaba el método de conocimiento a partir de la experiencia. Reclamaba la visión directa de las cosas” (A. Quintana, op. cit.). (...) (Texto de Luis Martin Arias, tomado de Filmoteca de Caja España)
A comienzos de los años 60, Roberto Rossellini anunció que abandonaba el cine comercial de ficción, en el que ya no creía. Su episodio “Illibatezza”, que forma parte de la película colectiva “Rogopag” (1962) puede considerarse como su última película de ficción y con ella Rossellini, según J.L. Guarner (en: Roberto Rossellini. Ed. Fundamentos, 1985, pág. 160), quería “mostrar fría y lúcidamente que el cine no es más que apariencia”. Para Guarner es preciso ver en este filme no una denuncia de la imagen convencional, sino un rechazo de la misma.
Finalmente, Rossellini declaró en 1963 lo siguiente: “quiero retirarme de la profesión y pienso que tengo la obligación de prepararme –con toda libertad- para replantearlo todo desde el principio”. Empezó así unabúsqueda de lo que él mismo llamó la “imagen esencial” que debería reunir una serie de características, y la primera era sin duda la de abandonar el espectáculo para propiciar una vía hacia el conocimiento.
Construyó, con este objetivo, su teoría y su práctica del “cine didáctico”, que desarrolló desde entonces en la televisión, medio ideal, según Rossellini, para este tipo de cine. Ni que decir tiene que las pretensiones de Rossellini, las de utilizar la televisión pública como “universidad popular” para expandir el conocimiento y el saber, han sido absolutamente desmentidas por la realidad. El intento que hará Rossellini de crear una “enciclopedia televisiva” durante 10 años, entre 1964, con “La edad del hierro (L’età del ferro)” y 1974 con “Cartesio (Cartesius)”, resulta hoy, a la vista de en qué se ha convertido la televisión, algo casi patético y que, desde luego, ha sido prácticamente olvidado, hasta en los departamentos universitarios de pedagogía de la imagen.Señalemos que, a diferencia de lo que pensaba Jean Renoir, que hizo algún intento postrero en su carrera de encontrar un “lenguaje específico” de la televisión, diferente al del cine; Rossellini creía que cine y televisión compartían un mismo lenguaje, por eso él siempre dijo que sus producciones televisivas pertenecían al ámbito del “cine didáctico”. En definitiva, como ha sido señalado, “Rossellini con sus obras didácticas -nueve producciones televisivas y dos cinematográficas- y sus textos teóricos -recogidos en numerosos escritos, entrevistas y en tres ensayos-, propone un regreso a la inocencia” (Àngel Quintana.“El camino del cine didáctico de Roberto Rossellini”. En: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2002). Esa “inocencia” suponía una vuelta a los orígenes, ya que: “el cine fue creado también como un instrumento para conocer el mundo. Los films de los hermanos Lumière proponían al espectador una visión primigenia de las cosas, que poseía un carácter marcadamente inocente”. Por eso Rossellini se interesó vivamente en el pensador renacentista Leon Battista Alberti, que buscaba una relación clara entre arte y ciencia, y a partir de ahí reivindicó una utilización racional del arte (A. Quintana, op. cit.).
Para Rossellini el arte era una vía privilegiada de conocimiento, que permitía aproximarse con exactitud a la verdadera naturaleza humana pero, paradójicamente, con la condición de renunciar a lo que le es propio,a la “estética”. Su actitud era “contraria a cualquier forma de búsqueda estética y a una toma de posición personal que reconstruyera otra realidad diferente a la observada”, ya que “consideró que el cine había de ser sobre todo un vehículo para comunicar ideas y que las imágenes deberían ponerse enteramente al servicio de éstas, nunca de una estética”. Y es que “la teoría de Rossellini sobre la información a partir de la imagen tiene sus raíces en un texto pedagógico del siglo XVIII, escrito por el pensador checo Jan Amós Comenius, Didáctica magna. En dicho texto, Comenius considera que la dificultad para aprender proviene del hecho que las cosas no se enseñan a los alumnos por visión directa sino mediante aburridísimas descripciones (..). Comenius reivindicaba el método de conocimiento a partir de la experiencia. Reclamaba la visión directa de las cosas” (A. Quintana, op. cit.). (...) (Texto de Luis Martin Arias, tomado de Filmoteca de Caja España)
"Lo más humano que existe es el saber, no hay cosa más
humana, y nosotros ya no sabemos nada.Creo que éste es un hecho fundamental en
nuestra vida." Roberto Rossellini
FA 4357
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