They / Ellas
Silent / Sin diálogos
Dos de las modelos de Toulouse Lautrec se toman un alegre y
bullicioso descanso de su posado.
Ahhhh… la siempre vigente animación artesanal con carbonilla
y papel. Clásica, con exquisitos trazos y proporciones reales. Una verdadera
obra de arte de esta maravillosa artista británica, con guión de Hortense Guillemare.
Redescubriendo a Joanna Quinn. El arte del dibujo tras el frame y la
consolidación de un sueño compartido
Joanna Quinn cumple a la perfección esta máxima, y queda
manifiesto visualmente en los ejemplos comparativos con otros artistas dentro
del apartado de inspiraciones: Daumier, Degas y Goya, entre otros. Son selectos
botones de muestra que señalan ese camino hacia el encuentro con su propia
identidad creadora. Joanna Quinn tiene ahora un estilo propio, con unos
personajes reconocibles en su estética y con femeninos que han recuperado su
verdadero poder, y que actúan desde el reconocimiento de sus principios a la
igualdad y la recolocación. A este respecto, Maureen Furniss atribuye a las
cineastas del sexo femenino una gran responsabilidad como creadoras de una
imagen positiva de la mujer (Furniss, 1999: 243). Los personajes femeninos de
Joanna Quinn se reconocen perfectamente en este postulado: ni timoratas, ni
“supermujeres”, ni competidoras, ni iconos sexuales. Joanna Quinn propone
mujeres que se recrean a ellas mismas, como mujeres y creadoras, generando
femeninos desde el femenino y estableciendo otro rol de las mujeres en las
producciones de animación. Joanna Quinn evoluciona con sus personajes en cada
nuevo filme, tanto en su expresividad gráfica, como en su tratamiento del ser
humano. Incluso comparando sus femeninos a los de sus autores masculinos de inspiración,
ella les otorga otro posicionamiento, otra forma de estar en el mundo; nuevas
maneras de desenvolverse ella misma, y a la par, de mostrar a sus protagonistas
sin prejuicios frente al espectador. Joanna Quinn es una luchadora, una
transgresora a través del arte.
En el aspecto más intangible, Joanna Quinn es una alquimista de las emociones
humanas, de las vivencias cotidianas, de la herencia cultural y del entorno
familiar que constituye, en ocasiones, un obstáculo para vivir de forma
auténtica nuestras vidas, encorsetados en el rol y la coraza del carácter, la
máscara o el disfraz con la que aprendimos a convivir con el mundo desde
pequeños. Ser conscientes de ello y liberarnos de su influjo, es un reto tan
difícil como significativo para ser felices de verdad. A colación de esto, son
muy interesantes las consideraciones de Fina Sanz, prestigiosa psicoterapeuta
que ha escrito en torno a los mitos culturales y personales, presentes en las
imágenes que nos acompañan desde nuestro nacimiento (Sanz, 2006:167):
Como parte de los mitos socioculturales, se inscriben los
mitos de género (femenino y masculino), aquellos que describen, que “modelan lo
que debe ser” el comportamiento de hombres y mujeres, dicotomizados en roles de
género. Estos roles de género se aprenden y reproducen, como cualquier mito,
inconscientemente. De esa manera se continúan manteniendo los valores del
sistema social.
El trabajo de Joanna Quinn atiende perfectamente a estos
argumentos y a su manera, con su arte, propicia el cuestionamiento del
espectador en torno a los mitos de género, tanto en Girls Night Out (1987) como
en BodyBeautiful (1990),
a la par que favorece otra perspectiva sobre la feminidad recuperada y el papel
del personaje femenino real, el anti-prototipo. Joanna Quinn confiere a sus
femeninos el poder de ser ellas mismas artífices de sus vidas: mujeres
protagonistas, que desarrollan una forma de expresión alternativa a lo
establecido.
María Susana García Rams (Con A de Animación)
FA 4526
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