Ambientada en la
Viena imperial, trata del romance entre una joven y un
teniente. Desgraciadamente, se produce un malentendido: un poderoso barón,
convencido de que la pasión del joven es por su esposa, lo desafía a batirse en
un duelo que, inevitablemente, acabará en tragedia.
La obra teatral Liebelei (1895) del gran escritor
austriaco Arthur Schnitzler (Viena, 1862-1931) ya había sido adaptada al cine
en tiempos del mudo,Liebelei (1927), film alemán dirigido por Jacob y
Luise Fleck. Schnitzler ha sido trasladado al cine y a la televisión en más de
cincuenta ocasiones, siendo las más célebres las dos adaptaciones de Max Ophüls
y Eyes Wide Shut (1999), en la que Kubrick realizaba una versión
libre de la Traumnovelle (1926) de Schnitzler. La magistral Liebelei es
el primer acercamiento de Ophüls al universo literario melodramático de
Schnitzler. Décadas más tarde el maestro de Saarbrücken retomaría a Schnitzler
en otra obra maestra, La ronda (La ronde, 1950), que parte de la
pieza dramática Reigen (1896-1897). Liebelei es una obra única
en todos sus aspectos y una de las perlas del Ophüls de los años treinta, junto
a la espléndida La signora di tutti (1934), rodada en Italia con una
deslumbrante Isa Miranda, sobre una novela de Salvatore Gotta, y Werther (1938),
a partir de la excepcional novela homónima de Goethe. Cuando Liebelei se
estrena en Leipzing el 3 de marzo de 1933, los nazis retiran de los créditos el
nombre del judío Ophüls, que se ve obligado a huir de Alemania. En Francia
realiza una nueva versión en francés —de la que existen varias copias que, al
parecer, los herederos de Ophüls se niegan a exhibir—, práctica habitual en los
inicios del sonoro, cuando el doblaje aún no se había generalizado. Ophüls en
sus memorias confiesa que la versión francesa la rodó muy deprisa; no se sabe
cómo quedó, pues casi nadie la ha visto.Sin ser una de las obras más logradas
de Ophüls (no alcanza el nivel de, por ejemplo, su obra magna Carta de una
desconocida [Letter from an Unknown Woman,1948]) Liebelei sí es
de las películas más importantes de su carrera artística, pues anticipa y condensa
las obsesiones temáticas, dramáticas y estéticas de casi toda su filmografía
posterior. Liebelei es la matriz generadora de Carta de una
desconocida y de Madame de… (1953), tres representaciones de un
mismo concepto, la fluctuación amorosa oscilante entre el amorío ligero y el
amor más profundo, con frecuencia no recíproco. Certifican el romanticismo
nostálgico del director, de la que la ciudad soñada e irreal de Viena es su
mayor escenificación, al tiempo que desembocan, las tres obras, en una muerte
causada por un duelo de honor. La diferencia es que aquí al morir el teniente
Fritz Lobheimer (Wolfgang Liebeneiner), su amada Christine Weyring (Magda
Schneider, madre de Romy Schenider) se suicida, literalmente, por amor. Las dos
muertes están dadas en off, fuera de campo y simbolizan el amor eterno,
amor que se había jurado sobre la nieve. La imagen blanca, la de la nieve sobre
la que ambos fallecen, es el símbolo de esa pureza. Suenan piezas de música clásica
que intensifican esta infelicidad resultado de la pasión, cuestión nada baladí,
pues el ritmo musical de las secuencias anula la importancia de los, pocos,
diálogos. Es sobresaliente la iluminación de Franz Planer (1894-1963) uno de
los nombres más importantes de la historia de la fotografía cinematográfica. El
célebre barroquismo visual, el manierismo en la puesta en escena, la
organización espacial de los decorados o la elegancia de los movimientos de
cámara alcanzan su cenit y definen un estilo único que Ophüls repetirá y
ampliará en todos sus films posteriores, hasta su prematura muerte a los 55
años. Liebelei, es la quintaesencia del arte de Ophüls, que es lo mismo
que decir del melodrama sublime. (Miradas de Cine)
"Dejeme contarle el primer recuerdo que tengo sobre el
cine. Yo era muy joven; y fue en Worms durante una feria en una especie de
carpa. En la pantalla se podia ver a un tipo sentado frente a un escritorio,
tenia dolor de cabeza y parecia medio loco. Escribia algo y fumaba nervioso. De
pronto cogió el tintero y se bebió la tinta, ¡se volvió completamente azul!!
Esta pelicula me impresionó enormemente, especialmente para un niño, ya que
aquello suponia algo bastante irreal pero tambien era como un cuento. ¿cómo
puedes volverte completamente azul bebiendo tinta? Tengo que admitir que cuando
llegué a casa tambien lo intenté. Bebi algo de tinta, pero solo mi lengua se
volvió azul...nada especial ocurrió. Y este es el primer recuerdo que tengo sobre
el cine." Max Ophüls
FA 4570
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