SOY EL FUGITIVO DE UNA BANDA DE CADENAS
La película se desarrolla en los Estados Unidos de 1919.
Narra la vida de James Allen, un excombatiente condecorado en la I Guerra Mundial que, a
su regreso de la guerra busca, sin demasiada suerte, un trabajo.
No deja de ser sorprendente la áspera y virulenta carga
crítica de la formidable 'Soy un fugitivo' (1932), de Mervin LeRoy, tres años
despúes del crack del 29, responsabilizando a la corrupción de un sistema ajeno
a la justicia social, en el trayecto de un personaje,Allen (esplendido Paul
Muni) desde que vuelve de combatir en la primera guerra mundial, anhelante de
no sumirse en otra rutina como en la del ejercito, la laboral que le reporta
una seguridad inercial sin mayores inquietudes ( como señala su hermano,
sacerdote, mejor pájaro en mano que ciento volando), sino construir, crear, en
su caso, ser un ingeniero que construya puentes y carreteras, y termina doce
años después convertido en un fugitivo que destruye puentes para no ser
capturado, tras haber sido condenado por dos veces en prisión por un delito que
no cometió, y perderse en las sombras (como refleja el extraordinario plano
final) 'condenado' a robar para sobrevivir ( las últimas palabras que se le
oyen en esas sombras que ya le engullen, ante la pregunta de qué hará:
'robar').
LeRoy narra con un prodigioso dinamismo y una admirable capacidad sintética (
de contundentes elipsis temporales) los diversos avatares que sufre. Los
intentos de encontrar un empleo estable tras la guerra, de un trabajo
provisional a otro ( o de un despido a otro, ya que las empresas no dejan de
reducir plantillas),casi convertido en indigente errante, hasta que un funesto
azar (se ve implicado en un robo en el que no participa) le supone, nada menos,
que una condena de diez años (por un robo de cinco dolares). LeRoy describe con
descarnada precisión las infames condiciones en las que malviven los presos (la
brutalidad del trabajo en las canteras; la miserable comida; los latigazos a
quien no cumple con el trabajo según las exigencias, aunque determine su muerte).
Las elipsis del paso del tiempo vienen dadas por el paso de las hojas del
calendario mientras resuenan los latigazos. Tras lograr realizar su fuga
(magnífica la secuencia orquestada en primeros planos, de sus pies, recibiendo
en sus argollas los mazazos de otro preso para ablandarlas, y de los efectos en
su rostro; e igual de admirable aquella en la que se oculta bajo el agua
respirando por un pajita, mientras le buscan a su alrededor), Allen, por su
aptitudes y talento, logra ascender en la empresa en la que empieza a trabajar
desde los puestos inferiores (en otro esplendido uso de las elipsis, de nuevo
con hojas de calendarios, y los papeles en los que se consigna cómo se
incrementa su sueldo).
Pero el sistema no permite segundas oportunidades, aunque haya cometido además
un error. Primero se refleja cómo la sociedad está tejida con parásitos y
actitudes mezquinas cotidianas(la mujer que sabe que se fugó y para no
delatarle le obliga a que se case con ella, y así ella disfrutar de los
privilegios económicos), y segundo, tras que ella le delate porque él quiere el
divorcio ya que ama a otra mujer, la mezquindad de las instancias del poder,
que le prometen un indulto que no cumplen, encarcelándole de nuevo con engaños,
lo que determina su nueva fuga, una persecución de autómoviles narrada con una
intensidad proverbial. Ya sólo le resta convertirse en una sombra proscrita,
las sombras que un corrupto sistema ha creado.
'Soy un fugitivo' (I am a fugitive from a chain gang, 1932), de Mervin LeRoy,
es un modélico ejemplo de cine de lacerante e implacable crítica social, sin
vaselina, y de un dinamismo narrativo portentoso, de impecable dominio de la
sintésis. Un gran guión de Sheridan Gibney, Howard J Green y Brown Holmes, que
saben condensar en hora y media multiplicidad de circunstancias, y un trabajo
de planificación analitica aún hoy ejemplar, así como el trabajo de luces y
sombras de Sol Polito. Las secuencias carcelarias, aún hoy también, quedan como
algunas de las más efectivamente crudas jamás rodadas. (El cine
de Solaris)
"Estando lejos tenía la esperanza de volver y empezar
una nueva vida, de ser libre. Y aquí estoy otra vez recibiendo órdenes. Siempre
la rutina mecánica, aburrida, peor que el ejército. Y todos vosotros intentando
dibujar el mapa de mi futuro acosándome, empujándome a que haga lo que creéis
que es mejor para mí. ¿No se os ocurre que soy otro hombre, que he aprendido
que la vida es más importante que una medalla en el pecho o un estúpido e
insignificante empleo?"
FA 4572
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