Recientemente liberado de la prisión, Philip Davidson
encuentra refugio en una barcaza abandonada en los pantanos de Kent. Ha pasado
los últimos doce años en prisión por un delito que no cometió, y ahora,
convertido en un amargado cuarentón, está empeñado en la venganza. Recuerda
cómo empezó todo, cuando le pidió al capitán Driver la mano de su hija Fay.
¿Cómo podría haber sabido que Driver estaba mezclado con delincuentes
peligrosos que participaban en la negocio de trata de personas? Davidson
recuerda vívidamente aquella fatídica noche, cuando el barco de Driver se
incendió luego de una pelea. Por supuesto, él fue el chivo expiatorio obvio
cuando un cadáver carbonizado fue encontrado en el barco. Ni Fay ni su padre se
acercaron para atestiguar por él, y por eso había pasado los mejores años de su
vida tras las rejas. Ahora, por fin, había llegado el momento de ajustar
cuentas...
Fa 4576
No hay comentarios:
Publicar un comentario