Música en la oscuridad
En Música en la oscuridad, Bergman sigue en la línea impresionista y profundiza en el melodrama de raíz decimonónica como no lo había hecho en las cintas precedentes. En esta ocasión, la situación límite representada por el cruce de caminos no vendrá exclusivamente dada por motivaciones humanas, sino que a éstas se les añadirá el elemento de la fatalidad: tras afrontar toda clase de peligros durante la guerra, Bengt Vyldeke, un joven soldado, queda totalmente ciego como consecuencia de un disparo recibido al intentar salvar la vida de un perro. Este suceso fatal marcará la existencia futura del protagonista, quien se entregará al aprendizaje de la música hasta convertirse en un virtuoso del piano, al mismo tiempo que se abrirá ante él todo un mundo interior, repleto de sensaciones, del que antes carecía. La réplica al personaje de Bengt Vyldeke vendrá de la mano de una joven, Ingrid Oloffsdotter, que se verá obligada a decidir entre el amor del pianista ciego y el de un hombre que no sólo se halla en plenitud de facultades físicas, sino que hace alarde de ellas. El afán de superación de Bengt marca el desarrollo y posterior desenlace de una historia en la que, al margen del contenido ético, el elemento musical juega un importante papel, anticipando de algún modo la estética de trabajos posteriores.
FA 3903
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