Documental realizado durante el rodaje de El Decamerón como un llamamiento a la UNESCO frente a la demolición de murallas históricas en Yemen.
Sana'a, la capital del Yemen, es una de las ciudades más bellas y antiguas del mundo, edificada sobre un altiplano a unos 2.250 metros de altitud, a los pies del Jebel Nuqum, la Montaña de la Cólera. Visitar la capital de Yemen significa hacer un viaje por el tiempo y la historia, como zambullirse en una fábula de "Las mil y una noches". Una leyenda narra que Sana'a fue fundada por Sem, hijo mayor de Noé, quien tras abandonar el país de origen se trasladó al sur, donde encontró un territorio formado por altas montañas y valles lujuriantes. Se estableció aquí y gracias a él la ciudad fue considerada una especie de refugio y oasis de paz, ya que en el lugar los combates estaban absolutamente prohibidos. Sana'a se distingue de las demás ciudades sobre todo por su arquitectura: las casas de varias plantas (hasta 7-8) que embellecen aún hoy la capital están realizadas con ladrillos de arcilla cocida al sol y enriquecidas con ventanitas de alabastro, fachadas de creta blanca y pequeños balcones tallados que recuerdan encajes. Después de la visita, podremos comprender las razones que llevaron al escritor Pier Paolo Pasolini a lanzar un llamamiento para que la ciudad fuera reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Basta pensar cómo al principio, y hasta mediados del siglo pasado, la antigua muralla tuviera seis portones de entrada, mientras hoy ha quedado sólo una -la Bab el Yemen (la Puerta de Yemen)- desde donde se accede a la ciudad antigua. Era octubre de 1970 cuando el escritor viajó a Yemen para rodar algunas escenas de la película "El Decameron" y fue entonces que, al terminar el rodaje, realizó con el resto de la película el documental titulado "Las murallas de Sana'a". Aquel llamamiento no paso desapercibido, ya que en 1986 la capital yemenita fue declarada patrimonio de la humanidad.
FA 3920
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