Emotivo repaso al deporte en las Olimpiadas de Tokio en el año 1964, valorando el esfuerzo de los atletas por alcanzar sus metas, así como la afición que provocaron los juegos y el entusiasmo que se palpaba en las calles.
Uno de los grandes documentales sobre los juegos es el que Kon Ichikawa realizó tras los JJ.OO. de Tokio de 1964. Este director, fallecido el año 2008 y considerado uno de los cuatro grandes maestros del cine japonés, junto a Kurosawa, Ozu y Mizoguchi, llenó de poesía la competición olímpica y plasmó en imágenes la esencia de su espíritu: La Importancia de la confrontación, de la participación, por encima de vencedores y vencidos. Recorrió la gran mayoría de las pruebas y centró su mirada en el deportista desconocido en su esfuerzo de superación. En muchas ocasiones el director japonés filma a los atletas entre multitud de seguidores para enfatizar el anonimato del atleta. Así, el combate del gran Joe Frazier convive e incluso palidece ante el día a día de los atletas del Chad, lejísimos de cualquier metal en sus primeras olimpiadas como país soberano, pero sin duda tan heroicos para Ichikawa como el gran boxeador americano, o como sus hermanos etíopes que, tras la senda del gran Abebe Bikila (que volvió a ganar el maratón con record del mundo, ya con zapatillas, convirtiéndose en el único atleta capaz de repetir victoria en la legendaria carrera hasta hoy) pronto tomarían la larga distancia atlética.Tres horas de cine que rebasa su propio género, que se supera y alcanza la categoría de eso a lo que cualquier largometraje aspira y muy pocos llegan, poder ser considerado una auténtica obra de arte. Así lo consideraron en la meca del cine… Cannes, por supuesto, donde al documental le fue otorgado el Gran Premio de la Crítica Internacional.
FA 3916
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