María Teresa es preceptora en un colegio, o sea, una inocente maestra de ceremonias.Y cuando María Teresa, persiguiendo un vago olor a tabaco, comienza a esconderse en los baños de los chicos para sorprender a los que fuman y llevarlos ante la autoridad, poco a poco hace de ellos un hábito oscuramente excitante, no es de la violación de las reglas sino de su aplicación a ultranza de donde surgirán la torsión y el desvío.
FA 4171
No hay comentarios:
Publicar un comentario