Un mafioso de altos vuelos sale del tribunal, libre por dificultades técnicas en la transmisión (o sea, la prueba es inadmisible por haber sido obtenida en contravención a los derechos civiles del acusado y mierda por el estilo). Cuando se va para la casita, es interceptado por un patrullero que se cepilla bonitamente al mafi, a su atornill... perdón, abogado, al chofer y al limpiaespaldas. Los muertitos empiezan a aparecer, y el buen Harry el Sucio sospecha que la manzana podrida está dentro del propio cuerpo de policía. Algo que, por supuesto, no le gusta en absoluto a la propia policía, así es que tendrá que habérselas con ella, aparte de con una sectita de ejecutores policíacos que son más harristas que el propio Harry.
viernes, 1 de julio de 2011
Ted Post - Magnum 44 (1973)
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