Que me perdonen sus fieles. Tarantino jamás ha vuelto a escribir nada con tanta magia como ese comienzo. Y dudo que él mismo hubiese sido capaz de rodarlo mejor. Un bar fluorescente. Un cine oscuro, con humo de tabaco, de barrio. Una cafetería tirando a azul, como toda la noche, azul ciudad. Una tienda de cómic de neón. Una ventana, un gigantesco cartel de tabaco. Dos mantas y un vestido rojo. El hermano pobre de los Scott, Tony, sabe crear el clima. Christian Slater jamás encontró un papel que se ajustase tan suavemente a su eterno despiste vital, a su chulería pasada de moda. Patricia Arquette representa a la perfección el mito de la prostituta de buen corazón. Estaba destinada a que el mundo le diese de ostias, pero ahora le ha salido un protector. Ella le da el amor que él nunca debería haber encontrado. Él será el escudo que la defienda de toda la mierda del mundo. No es un pacto. Es mucho más natural. Es una simbiosis.
"Así son las cosas, pero no olvides que pueden ser distintas." Clarence
FA 4189
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