miércoles, 27 de junio de 2012

Christian Petzold - Die innere Sicherheit (2000)



LA SEGURIDAD INTERIOR

Una pareja de pasado terrorista ha estado viviendo en la clandestinidad por veinte años, y tiene una hija de quince, Jeanne, que nunca tuvo una infancia normal. Cuando les roban su dinero, se ven forzados a volver secretamente a su nativa Alemania desde Portugal, emprendiendo un viaje durante el cual el desarrollo adolescente de Jeanne coincide con la violenta desintegración del núcleo familiar.

Al igual que su film siguiente, hecho para la TV, Toter Mann (2002), Die innere Sicherheit confirma a Petzold como uno de los más inteligentes cineastas de la nueva década. Una combinación inclasificable de romance adolescente, drama de entrada en la vida adulta, y paranoico thriller político.
Neil Young's Film Lounge

Inspirándose en letras de canciones del terrorista de la Fracción del Ejército Rojo Wolfgang Grams, muerto en la estación de Bad Kleinen, en las que él mismo explicaba su intención de vivir una vida normal en la clandestinidad, Christian Petzold y su coguionista Harun Farocki elaboraron un guión que aborda con frío distanciamiento pero a la vez con fuerte empatía la tragedia de una familia en fuga. Así expresa Petzold sus intenciones: "Noticias del subsuelo, que narran desde allí cómo algunos fantasmas trabajan para convertirse en personas. Que en esta historia tienen un hijo, se vuelven familia, desean la normalidad. Cuando los fantasmas quieren convertirse en personas, terminan siendo siempre protagonistas de una tragedia." La vaguedad de la existencia, la fragilidad de lo real y los fantasmas del pasado son como un hilo rojo que cruza la obra de Petzold, ya sea en Wolfsburg, en Gespenster ("fantasmas"), o en Yella. De todos los directores de la así llamada Escuela de Berlín, es él seguramente el más enigmático, el más metafísico, y sus films -algo que también se advierte en Die innere Sicherheit- son a pesar de su aparente frialdad dramas profundamente emocionales y complejos, que invitan a una observación cabal, y suscitan largas reflexiones.
Joachim Kurz, kino-zeit.de
FA 4799

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