Tras escapar a duras penas de un inestable ex marido, Yella
huye de su pequeño pueblo de la antigua RDA para buscar nueva vida en el Oeste.
Encuentra un prometedor empleo con Philipp, un apuesto ejecutivo con el que
comienza pronto un improbable romance. Pero cuando Yella parece a punto de
concretar sus sueños, se ve acosada de repente por verdades olvidadas que
amenazan con destruir su incipiente felicidad.
Este subterráneo estado de ánimo pesimista, Petzold y su
camarógrafo lo sumergen en imágenes de cuidadosa composición, minimalistas e
hipnóticas, y lo envuelven en la sonata Claro de luna de Beethoven.
Petzold narra y pone en escena con precisión y estilo, con amor y sutileza, haciendo
gala de una ironía que siempre se detiene allí donde podría traicionar a sus
figuras. Pero en el centro, encontramos siempre a Yella, mujer enigmática
vestida de rojo, cuya vida es perturbada cada tanto por extrañas y breves
interrupciones: una figura romántica.
Rüdiger Suchsland, artechock
Yella, el enigmático thriller de Christian Petzold, ofrece
una visión, surrealista y con rayos X, del capitalismo salvaje en la Alemania del s.XXI.
Stephen Holden, NYT
En un mundo de comercio prosaico, de hoteles para hombres de
negocios, Yella intenta al principio del film trabajar para una compañía que
produce módulos de dirección para Airbus. Pero la crasa vulgaridad industrial
de todo ello tiene algo de perversamente sexy y es un contrapunto suavemente
efectivo del tumulto psicológico de la protagonista y su inquietante sensación
de mal augurio. El resuelto control y la firme mirada sagaz de Petzold, en
escenas que se despliegan bajo inmensos, indistintos cielos nordeuropeos,
establecen una atmósfera de amenaza agorafóbica: un sentido de exposición ante
algo que acechara tras un horizonte de apariencia inocua.
Peter Bradshaw, The Guardian
FA 4795
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