Aurora es la última
película de Cristi Puiu, el director rumano de La noche del Sr. Lazarescu. Está
protagonizada por él mismo. Dura tres horas.
Si el interés no se perdió por alguno de esos elementos, les cuento que es una buena película, pero no excelente como dicen muchos críticos. Tampoco tiene una marcada división entre la primera y la segunda mitad, como dicen otros críticos (o los mismos, para el caso). La cámara lo sigue al protagonista mientras hace, desde las cosas más mundanas, hasta las más extraordinarias, si se quiere. Lo sigue con una rigurosidad impecable, hasta se podría decir que lo hace de un modo totalmente objetivo. Pero los ojos están puestos en él, raras veces se hace hincapié en las reacciones de los demás. Opta por mostrarnos el mundo que lo rodea, en la medida en que él decide interactuar (no vamos a discutir si eso es o no es interactuar) con el mismo. No abunda en explicaciones simplonas, se podría decir que no abunda en explicaciones y punto. Hay pequeños momentos de humor, de ese tipo de humor que alguien hace en una situación tensa, no el humor liviano ni de parodia autorreferencial; pensemos que el tono es solemne (a la ida un taxista me dijo: "ya no hay películas solemnes, como Terminator 2, esa es una película solemne"). Probablemente cueste identificarse con el personaje, pero ¿quién quiere identificarse hoy en el cine?
Si les gustó La noche del Sr. Lazarescu, vayan a verla, no porque tenga tantos elementos en común, sino para apoyar al director, ¿no?
Si les gustó Police, Adjective, y no tienen problemas con la narración lenta (como si los tuvo el hombre que se sentó al lado mío, que pasada una hora se durmió plácidamente), ni con la construcción de una historia mediante mostrar los ínfimos detalles de su desarrollo; vayan a verla, después me cuentan que les pareció.
Si el interés no se perdió por alguno de esos elementos, les cuento que es una buena película, pero no excelente como dicen muchos críticos. Tampoco tiene una marcada división entre la primera y la segunda mitad, como dicen otros críticos (o los mismos, para el caso). La cámara lo sigue al protagonista mientras hace, desde las cosas más mundanas, hasta las más extraordinarias, si se quiere. Lo sigue con una rigurosidad impecable, hasta se podría decir que lo hace de un modo totalmente objetivo. Pero los ojos están puestos en él, raras veces se hace hincapié en las reacciones de los demás. Opta por mostrarnos el mundo que lo rodea, en la medida en que él decide interactuar (no vamos a discutir si eso es o no es interactuar) con el mismo. No abunda en explicaciones simplonas, se podría decir que no abunda en explicaciones y punto. Hay pequeños momentos de humor, de ese tipo de humor que alguien hace en una situación tensa, no el humor liviano ni de parodia autorreferencial; pensemos que el tono es solemne (a la ida un taxista me dijo: "ya no hay películas solemnes, como Terminator 2, esa es una película solemne"). Probablemente cueste identificarse con el personaje, pero ¿quién quiere identificarse hoy en el cine?
Si les gustó La noche del Sr. Lazarescu, vayan a verla, no porque tenga tantos elementos en común, sino para apoyar al director, ¿no?
Si les gustó Police, Adjective, y no tienen problemas con la narración lenta (como si los tuvo el hombre que se sentó al lado mío, que pasada una hora se durmió plácidamente), ni con la construcción de una historia mediante mostrar los ínfimos detalles de su desarrollo; vayan a verla, después me cuentan que les pareció.
FA 4820
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